Doce Notas

Brunetti y Lidón: premier moderna de una hora de música para la Real Cámara

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No siempre un intérprete especializado en músicas históricas se encuentra con la atractiva oportunidad de estrenar modernamente una pieza. La tempestad ha tenido la ocasión de hacerlo con un grupo de piezas de Caetano Brunetti, Francisco Brunetti y José Lidón y, consecuentemente, grabarlas por primera vez. Esto, a su vez ha sido parte del trabajo de investigación de especialistas (ahora asociados al ICCMU y a la UCM) que han conseguido dar una nueva vida a estas músicas y poner luz sobre autores injustamente desconocidos, como el segundo de los Brunetti, Francisco, y José Lidón.

En primer lugar, tenemos que decir que es un CD para dejarlo sonar –el orden de las pistas sugiere que ha sido concebido así–, distribuyendo las pistas como si fuera un recital de amena escucha. El disco abre con Lidón, del que sorprendentemente se sabe poco y cuya música rara vez se interpreta o se graba, a pesar de su prominente carrera en el Madrid del cambio de siglo del XVIII al XIX y que se nos revela como toda un joya de entre los autores de su tiempo. Escuchamos de entrada en el álbum la primera mitad de su Cantata sobre el salmo Diligam te Domine, de pleno estilo dieciochesco-haydiniano, ejecutada con brío y solidez por La Tempestad y su directora musical Silvia Márquez-Chulilla con la soprano Eugenia Boix, de elegante fraseo, como solista.

A continuación, con Guillermo Turina como solista, podemos escuchar el impetuoso concierto para cello del menor de los dos Brunetti incluidos en esta grabación, Francisco, hijo de Gaetano, de quien poco se ha sabido hasta ahora. Esta situación ha paliado aquí con la información –entendemos que de Iván González– que se incluye en el librillo del CD. Teniendo en cuenta lo poquísimo que se ha sabido hasta ahora sobre la vida y obra de Francisco Brunetti, la premier discográfica de su concierto, un magnifico espacio de lucimiento solístico, es –como el caso de Lidón para esta producción– todo un acontecimiento para intérpretes e investigadores.

En el track sexto se vuelve a la cantata de Lidón, cuyos contrastes en los recitativos, sabiamente manejados por Márquez, compiten en interés con las dos arias que incluye la obra.

El último bloque nos devuelve a la familia Brunetti, esta vez al padre, Gaetano. Son tres las lamentaciones que integran este bloque. La primera y la última corren a cargo de Boix como solista, de quien en esta interpretación se hecha de menos el carácter litúrgico, acaso devocional, de las dos piezas. La segunda de ellas, por otro lado, corren a cargo del tenor Karin Farham, cuya efectividad retórica y su timbre aquí, le confieren una pátina de sobriedad y gravedad propias de una pieza con un texto penitencial como esta, más allá de las consideraciones sobre con qué intención fue compuesta y en qué tipo de espacio performativo pudo haber habitado.

En definitiva, estamos en un disco que no solo es de interés por su carácter de documento que recupera un patrimonio oscurecido por el olvido, sino con una atractiva obra –entendiendo la interpretación como proceso creativo– de manos de una segura y creativa Silvia Márquez.

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