Esta obra está considerada una de las cumbres musicales del siglo XVIII español y ha sido publicada por el sello alemán Pan Classics del prestigioso grupo discográfico Note 1. Esta grabación supone un importante paso en la divulgación internacional de la figura de José de Nebra calificado por muchos como el mejor compositor del barroco español.
Montaño ha querido llevar a cabo este proyecto discográfico con tres agrupaciones de referencia en la interpretación historicista; La Madrileña, orquesta de instrumentos de época fundada por él mismo, el Coro Victoria que dirige Ana Fernández-Vega especializado en polifonía renacentista y Schola Antiqua dirigida por Juan Carlos Asensio especializados en Canto gregoriano. Los tres directores presentaron el disco junto a Begoña Lolo, musicóloga y académica de Bellas Artes el pasado 24 de enero de 2020.
Montaño explicó que “el encargo por parte de la Comunidad de Madrid fue quizá algo fortuito, en principio preparar un concierto para conmemorar el 250 aniversario del fallecimiento de José de Nebra. Querían hacer este Réquiem en la misma iglesia donde se estrenó, en las Salesas. Y este encargo vino con el tiempo suficiente para preparar la grabación, la interpretación, la edición de la partitura y las particellas. Hay un estudio minucioso de la obra y de cómo preparar la grabación de la manera más eficaz, no podía haber ningún error ya que las sesiones de grabación van siempre con poco tiempo, corren muy rápido, hay que corregir ciertos desajustes para que todo fluya lo mejor posible. La partitura está manuscrita por el propio Nebra, con tachones, anotaciones, es una partitura de trabajo. Me encontré con ciertas necesidades de rectificación, mínimas ya que encontramos pocos errores y siempre todo el trabajo enfocado, pensando en la grabación, que eran solo cuatro días. Muy satisfecho del resultado final porque salió todo perfecto.
Begoña Lolo aclaró que “el proceso ha sido largo, minucioso y laborioso, ya que primero hay que localizar la ubicación de la partitura original, las particellas en el Archivo general de Palacio Real, también sucesivas copias que se van produciendo a lo largo del tiempo, ya que este Réquiem llegó a constituirse una pieza angular del repertorio interpretado por primera vez con la muerte de Mª Bárbara de Braganza, un año después, su espeso y se vuelve a interpretar en el fallecimiento de los sucesivos reyes y el día de difuntos, el 1 de Noviembre”.
Ana Fernández-Vega, directora del Coro Victoria explicó que “si bien nuestro sello es la polifonía del Renacimiento Español, desde el origen de la concepción del coro siempre pensé en cantantes que pudieran abordar otro tipo de repertorio, mucho más amplio. Para nosotros ha sido una oportunidad para abordar otro repertorio y que nos dirigiera otra persona. La versión es de Montaño, está claro, pero el trabajo ha sido de colaboración y coordinación artística en todo momento”.
Juan Carlos Asensio, director de la Schola Anticua aclaró “que la parte de canto llano es en realidad el Tono VI del invitatorio de difuntos que venía sonando desde siglos y Nebra lo había transcrito de su propio puño y letra, la misa de difuntos, que casi podíamos considerarlo como la banda sonora de la humanidad; ¿cuánta gente ha muerto desde el siglo IX? y por casi todos se ha cantado esto, mejor o peor. Esta pequeña participación era muy sencilla para la grabación que se vio aumentada de cara a la preparación del concierto. Había que cantar otras partes, insertar otras partes, buscar en los cantorales de Palacio para cantar el Prefacio, el Tracto, alguna cosa más para darte mayor sentido, como debe ser una construcción litúrgica. Agradeció también “que se contara con ellos y no se recurriera a lo que viene siendo habitual a la hora de cantar canto llano, escoger a unos cantantes, bajos, barítonos y que sean ellos los que hagan ellos el canto gregoriano. Un placer para mí y para toda la Schola”.
Montaño culmina con este proyecto discográfico un completo trabajo de investigación e interpretación tras haber editado él mismo la partitura tomando como fuentes los materiales de la Real Capilla que se conservan en el Archivo del Palacio Real de Madrid, custodiados allí desde que estrenaron este Requiem en 1758 con motivo del fallecimiento de la Reina de España Doña Bárbara de Braganza.
La grabación está dedicada a la memoria de Jesús López Cobos con quien José Antonio Montaño mantuvo una cercana relación profesional y personal desde sus años trabajando en común en el Teatro Real y cuyo fallecimiento tuvo lugar en fechas cercanas a las sesiones de grabación de este disco.
Como anécdota José Antonio Montaño contó “que la última parte de la grabación, los dos o tres últimos número tuvimos que hacerla con velas porque la cripta se quedó sin luz debido a una avería y solamente funcionaban los enchufes. La mesa podía funcionar, el órgano también, así que el equipo de grabación puso todo su empeño en que el disco viera su fin.”
Por último agradeció contar con “un sello discográfico como Panclassis, que estuvieron dispuestos desde el principio y que cuentan con una gran distribución internacional. No tienen mucho repertorio sacro español y espero que esto dé pie a encarar nuevos proyectos y grabar otra parte del repertorio”.
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