Nacidas ambas a mediados de los 80 Vilde Frang y Nicola Benedetti lideran la nueva generación de violinistas de la era post Jansen y Hahn. A ambas las podremos escuchar, casi sin solución de continuidad, los próximos días 27 y 28 de noviembre en la nueva entrega del ciclo Ibermúsica, en la que se han programado los conciertos para violín de Benjamin Britten y Edward Elgar respectivamente. Y para abordar este repertorio concertístico de marcado acento británico, que mejor escolta que la de La London Philharmonic Orchestra, una de las más fieles colaboradoras de Ibermúsica, con su actual titular Vladimir Jurowski. Sendas citas tendrán lugar, como es habitual, en el Auditorio Nacional en ambos casos a las 19:30 horas.
Tras confirmarse la cancelación de Arabella Steinbacher (a causa de su inminente maternidad), será finalmente la noruega Vilde Frang quien se encargue de asumir la parte solista del Concierto nº1 para violín op.15 de Benjamin Britten el 27 de noviembre. Debutante el año pasado en Ibermúsica, Frange ha cosechado en su corta, pero meteórica carrera, algunos de los principales reconocimientos discográficos, entre ellos el Gramophone (precisamente por su interpretación del concierto de Britten). Apenas han transcurrido siete años de su debut con la Filarmónica de Viena con Bernard Haitink y desde entonces su nombre está vinculado al de las principales salas de concierto europeas. Ha realizado también varias giras con algunas orquestas señeras del Viejo Continente como la Filarmónica de Luxemburgo, con la que recaló en el Auditorio Nacional el pasado año a las órdenes de Gustavo Gimeno.
La violinista británica de ascendencia italiana Nicola Benedetti nos servirá al día siguiente el Concierto para violín en Si menor de su compatriota Edward Elgar. Formada como músico en la Yehudi Menuhin School y forjada como intérprete a la vera de las principales orquestas de Gran Bretaña (Royal Scottisch National Orchestra, BBC Symhony Orchestra o Philharmonia Orchestra) Benedetti se ha convertido en una de las solistas con mayor proyección de Reino Unido. Además de atender sus compromisos con algunas de las orquestas más prestigiosas de Europa y EE.UU. simultanea su carrera musical con la docencia en el Real Conservatorio de Escocia.
Poca presentación requiere Vladímir Jurowski (Moscú 1972), vinculado desde hace más de una década a la London Philharmonic Orchestra. Un puesto de excepción, que compagina con la dirección artística de dos instituciones no menos prestigiosas como la Rundfunk-Sinfonieorchestra de Berlín o la Bayerische Staatsoper de Múnich. En plena madurez como director de orquesta puede presumir de acreditar galones en los auditorios más selectos del planeta. Una labor, la de dirección de orquesta, que hace extensible también a la ópera, siendo igualmente abultada su agenda en los principales teatros, del Bolshoi a Glynderbourne. Con este doble programa, Jurowski, fiel al ciclo promovido por Alfonso Aijón desde su debut en 2008, se suma a la celebración del cincuentenario de Ibermúsica.
La célebre Sinfonía nº 5 de Mahler cerrará el concierto del 27 de noviembre, mientras que al día siguiente la undécima de Shostakovich, mucho más desconocida para el gran público, pondrá punto final a la nueva visita de los filarmónicos londinenses al Auditorio Nacional. Una partitura, está última, que viene a rememorar las hazañas de la Revolución Rusa y que puedo escucharse por primera vez en España en 1985, precisamente en el marco de Ibermúsica.
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