¿Puede ser el silencio un lugar de dónde nacen las cosas? El percusionista Christoph Sietzen nos presenta su tercer álbum en solitario, en el que plasma la importancia del silencio (o la carencia de este) en muchos ámbitos de la sociedad. Silencio que se ha convertido en una rara comodidad en esta era industrializada y llena de estímulos que nos impiden encontrar espacios y momentos para la tranquilidad o la reflexión. El propio Christoph comenta en el libreto de su CD que, como percusionista, estaba especialmente interesado en tratar el tema del silencio, lo cual resulta paradójico ya que la percusión no suele asociarse con el mismo. Todo un reto superado con creces en esta nueva grabación.
Desde su debut a los 12 años en Salzburgo, Christoph Sietzen ha sido galardonado en el prestigioso Concurso Internacional de Música ARD (2014), con el ICMA (International Classical Music Awards) Young Artist Award (2018) y la European Concert Hall Organisation (ECHO) lo nombró una estrella en ascenso para la temporada 2017/18. Actualmente es presentado como «Gran Talento» por el Konzerthaus de Viena, donde actuará regularmente, además de en otras salas como el Salón Dorado del Musikverein de Viena, el Gran Salón de Festivales de Salzburgo, el Ateneo Rumano de Bucarest y la Filarmónica de Luxemburgo, así como una gira recital por varias ciudades de Austria. En su agenda cuenta con apariciones en el Festival de Grafenegg y en el Festival Sound Unbound en el Barbican London con la Academia de Música Antigua, además de aparecer en programas de Broadcasting de Baviera, Deutschlandfunk y ZDF. Además de haber actuado con orquestas de prestigio internacional y compartido escenario con artistas de renombre, desde 2014 es profesor en la Universidad de Música y Artes Escénicas de Viena. Es miembro fundador del conjunto de marimba «The Wave Quartet«, junto con Bogdan Bacanu, quien colabora también en la grabación de un par de piezas de este CD.
Silence, a pesar de contener piezas de compositores de diferentes periodos, no sigue un orden cronológico. En primer lugar, nos presenta Opening from Glassworks, de Philip Glass, una música de esencia minimalista que juega con la repetición de células musicales. El percusionista se sirve de esta hipnótica capacidad relajante de la música de Glass para captar nuestra atención, descubriendo en cada repetición una sensación diferente.
El disco toma ahora un tinte español, con obras de Albéniz y de Tárrega (esta en cuarto lugar). Asturias (Leyenda), de Isaac Albéniz, fue compuesta en la década de 1890 cuando el compositor residía en Londres, pero a su publicación en 1892, en Barcelona, la concibió como un preludio de la colección Chants d’Espagne, que años más tarde se convertiría en el quinto movimiento de la Suite Española Op.47. En ella, el percusionista nos brinda una interpretación caracterizada por la delicadeza y complejidad melódica de su sección media y sus dinámicos y bruscos cambios. Guiado por el virtuosismo de la obra (en la que Andalucía no precisa estar en el título para hacerse presente), Sietzen propone una versión brava y enérgica.
Recuerdos de la Alhambra, de Francisco Tárrega, compuesta en la ciudad de Granada, es posiblemente la obra más famosa del compositor. Inspirada en los jardines de la Alhambra, es un símbolo de la cultura nazarí de finales de la Edad Media. La obra, articulada en tres secciones claramente diferenciadas, se trata de una de las composiciones más famosas en hacer uso de la técnica del trémolo (de hecho, destaca su buena imitación de la técnica del rasgueado de guitarra, elemento original característico de esta pieza), recurso que Sietzen usa a su favor, mostrándonos una vez más una interpretación virtuosa, haciendo que aquello difícil parezca fácil al oído. Igualmente, es reseñable la gran expresividad melódica de su interpretación, sirviéndose de los innumerables elementos dinámicos que la pieza le brinda.
Un papel de especial importancia es el que juegan algunos movimientos de la Suite para Laúd en Mi menor BWV 996 de J. S. Bach: Sarabande, Bourrée y Gigue son las danzas interpretadas de forma separada dentro del álbum. Como comenta el intérprete en el libreto, esta suite le ha acompañado durante bastante tiempo y es especialmente apreciada por él, de ahí que ocupen un lugar tan especial dentro de la grabación. Resulta atractivo que se contraste su reproducción dentro del CD con el resto de piezas interpretadas en lugar de reproducirlas sucesivamente como una forma autónoma. Esta suite, fechada a mitad del periodo de Weimar del compositor, es la primera pieza para laúd que se conoce de Bach (y la Bourrée una de las danzas más conocidas). La Sarabande, con una métrica ternaria y un carácter majestuoso, es interpretada por Sietzen con unos gestos melódicos de gran gusto, manteniendo un fraseo a fin con las direcciones melódicas. Es fundamental la importancia que le da tanto a las notas de apoyatura como a la dirección melódica. En la Bourrée (danza muy popular del Barroco) el intérprete mantiene el impulso anacrúsico dado por el material temático expuesto en toda la danza, generando al oído continuidad durante toda la pieza. El percusionista mantiene en esta un pulso coherente con la naturaleza de la obra, y exagera las dinámicas -cuidando siempre el timbre y manteniendo el sonido redondo- generando un mayor interés en el oyente. Para terminar, nos encontramos con una Gigue al estilo italiano. Dividida en dos secciones simétricas, Sietzen usa el material temático generando un motor y dándole a su vez un sentido de continuidad a la danza. Su fiel interpretación -sobre todo de la dirección anacrúsica dada desde el inicio- determina el fraseo y direcciones melódicas y armónicas.
Sin lugar a dudas, este es un álbum de contrastes, y es que también contiene piezas de Astor Piazzolla, concretamente su Verano Porteño (de Las Cuatro Estaciones) y Romántico de las Cinco Piezas para Guitarra. En Verano Porteño Sietzen nos transmite la pasión, sentimiento que quería transmitir el compositor. Su interpretación invita a caminar por las calles de Buenos Aires con el calor húmedo de la ciudad, finalizando el fragmento con un tempo más lento que luego viene interrumpido por un acelerado final. En Romántico no encontramos tal vez ese componente rítmico tan riguroso que hace tan deliciosa a la obra de Piazzolla. Su interpretación nos genera una sensación de “flotar” durante largos periodos. Sietzen consigue que sea un monólogo silencioso.
Es ahora cuando llegamos a la que se podría decir la pieza más moderna del álbum: Spiegel im Spiegel, de Arvo Pärt. Muy conocida por su uso cinematográfico, ha sido arreglada por el mismo intérprete para su grabación. Además, en ella toca otros instrumentos de percusión, no solo la marimba y cuenta con la colaboración del violoncellista Clemens Hagen. Compuesta en1978, Pärt se encontraba desarrollando un nuevo estilo musical al que llamaría tintinnabuli, caracterizado por el uso de armonías simples, a menudo notas sueltas sin ornamentos, o acordes triada, con alguna reminiscencia al sonido de las campanas. El estilo es rítmicamente simple y no suele cambiar de tempo. Podemos apreciar en su escucha que todas estas características han sido respetadas en el arreglo llevado a cabo por el propio intérprete.
El álbum llega a su fin con el Largo (II) del Concierto para Clavecín en Fa menor BWV 1056 de J. S. Bach. Para la ocasión contó con la colaboración de la Academy of Ancient Music y con Bogdan Bacanu (su gran mentor en la marimba). Muy acertada la elección de este movimiento como colofón final, ya que la interpretación de todo el conjunto de artistas hace que sea hermoso en su simplicidad, pareciendo que no tiene nada que ver con el primer y tercer movimientos del concierto. Se crea una tensión que nos invita a seguir escuchando. La música de Bach es tan amplia, pura y translúcida que no se puede reducir a un solo aspecto.
Musicalmente hablando, el silencio no se encuentra solo en piezas tranquilas y, en última instancia, no se puede reducir a un solo aspecto. En respuesta a la pregunta ¿Puede ser el silencio un lugar de dónde nacen las cosas? contestaríamos con un rotundo Sí. Nacen cosas como este nuevo álbum que confirma, una vez más, que la música tiene la capacidad de afectar a nuestros sentidos, y es que, tras escuchar su contenido, experimentaremos una gran sensación de relax físico y trascendental.
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