Pasa lo mismo en el universo clásico. Es mi formación favorita, casi todo es “orgánico”. Con los cuartetos hay que secuenciar los pasajes y a veces todo queda un poco “lineal”. Con los tríos se puede ir a una trama sonora de todos solos-nadie solo…habitual en el jazz post bop.
Si además los músicos son tan experimentados como los que forman el Trío Musicalis el éxito sonoro está asegurado. A ello contribuye el repertorio de “entreguerras” que han elegido, las fechas a veces dicen mucho de la creación artística: 1919-1925-1932-1936-1938…presagian cosas, todo es un poco agridulce.
Los autores y obras son de sobra conocidos y merecedores de la atención que la historia de la música les ha prestado: Stravinsky, D Milhaud, Alban Berg, Aram Khachaturian, Bela Bartok…incuestionables. Un repertorio que me resulta muy familiar – Trío Pérez Iñesta– interpretado con una maestría inigualable, con brillantez y una “alegría” que mejora algunos tonos opacos de las piezas centroeuropeas- Bartók, Berg…las de los extremos continentales rebosan energía: Stravinsky, Khachaturian, Milahud…este último con ecos de iberismo muy claros, aquellos con el brío que caracteriza la música rusa y la de las estepas.
Magnífica la trasposición a trío de Historia de un soldado, pieza escrita para tres actores y siete instrumentos, pero que no pierde poder narrativo y musical en esta versión para trío, muy luminosa.
El disco, magníficamente producido por lbs classical fue grabado en el conservatorio de Getafe el pasado julio por Francisco Moya, responsable de algunas de las grabaciones que más me han interesado en los últimos meses.
Un disco que me ha reconfortado de la dificultad de movimiento en las últimas semanas, o sea, una gozada de disco. Muy recomendable y supongo que fácil de conseguir en tiendas o por internet.
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