La Rapsodia Eslava en Sol menor, op. 45/2 de Antonin Dvořák es una de las tres piezas que componen el número 45 de su corpus compositivo. La primera de ellas (en Re Mayor) y la tercera (en La bemol Mayor) completan la citada colección, a pesar de que cada una de dichas “Rapsodias” es totalmente independiente en el sentido musical y estructural. Según los comentarios del propio autor de la edición crítica: Robert Simon.
Antonin Dvořák completó la composición de la Rapsodia Eslava op. 45/2 entre agosto y septiembre de 1878, en una época de importante transcendencia en su carrera como compositor. Hasta entonces, el compositor checo había estado centrado principalmente en su faceta de músico intérprete, pero una serie de grandes éxitos encadenados en los estrenos de sus obras en los últimos años de la década de 1870 hicieron virar el rumbo de su trayectoria musical y artística. Después de haber disfrutado durante cinco años consecutivos del “Estipendio estatal austriaco” para jóvenes artistas y gracias al crucial apoyo mostrado por Eduard Hanslick y Johannes Brahms, los cuales eran miembros del jurado del citado programa, comenzó una de las relaciones profesionales más fructíferas de su carrera: la sinergia con el celebérrimo editor Simrock.
Simrock le recomendó a Dvořák que compusiera una serie de danzas bohemias y moravas, similares a las “Danzas Húngaras” de Johannes Brahms. Dicha recomendación llegó en el periodo en el que el compositor checo estaba trabajando en la primera Rapsodia Eslava en Re Mayor. Esta composición fue terminada el 17 de marzo de 1878 y justo el día posterior, Dvořák comenzó los primeros bocetos de las Danzas Eslavas, que le granjearían tanta popularidad posteriormente.
La centralidad de la elaboración de la edición crítica preparada por Baerenreiter se basa en solventar la problemática de algunos factores que merecen ser citados a continuación:
En primer lugar, Dvořák era un compositor que trabajaba con un ritmo frenético en sus obras, por lo que el manuscrito original ha tenido que ser descartado como “fuente principal” para la elaboración crítica. Es bien conocido y recogido en los documentos de la época, que los editores de Simrock tenían que realizar un trabajo ímprobo para unificar articulaciones, fraseo y dinámicas. Por este hecho, el editor Robert Simon, ha elegido como fuente principal la primera impresión de Simrock de el año 1879 al considerarla un material más fiable como base para la elaboración de la nueva edición crítica. No obstante, el manuscrito de Dvořák se ha usado como fuente complementaria por Baerenreiter para cotejar ciertas incoherencias e inconsistencias en las cuestiones dinámicas, de articulación y fraseo. Y, por último, también se han incluido en el estudio de todas las fuentes originales de la Rapdosia Eslava los siguientes materiales: particellas de orquesta, manuscrito original de la versión de piano a cuatro manos y primera edición impresa por Simrock de la edición de piano a cuatro manos.
Todo este rigor mostrado de manera totalmente profesional por la editorial Baerenreiter, la hacen posicionarse como una de las editoriales de referencia para cualquier director de orquesta que necesite el material para preparar nuevo repertorio para su agenda de conciertos. Desde luego, una apuesta segura, fiable y de garantía.
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