Brahms
A pesar de llevar casi 15 años pisando los principales escenarios concertísticos Veronika Eberle sigue disfrutando del rango de joven violinista. Es lo que tiene debutar con 16 con la Filarmónica de Berlín. Recién llegada la treintena y en plena cúspide de su carrera musical visita por segunda vez el ciclo Ibermúsica (su primera visita fue en 2017 con Bernard Haitink y la London Symphony Orchestra), en esta ocasión acude con la Filharmonisches Staatsorchester Hamburg y su factótum titular, Kent Nagano.
Director estadounidense y concertista alemana se han puesto de acuerdo a la hora de designar compositor. Un único linaje, Brahms, y dos obras, su primer y único concierto para violín (Concierto en re mayor op.77) y su cuarta y última sinfonía (Sinfonía en mi menor op.98). Esas son las obras que escucharán los asistentes a la primera cita de Ibermúsica en 2019, que tendrá lugar el próximo 22 de enero a las 19:30 en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional.
Al monográfico Brahms hay que añadir un interesante estreno absoluto, que abrirá la velada. Se trata de Stairscape, encargo al reconocido compositor Jesús Rueda, Premio Nacional de Música 2004 a la sazón artista residente de la presente temporada de dicha institución.
Kent Nagano es un viejo conocido del Auditorio Nacional. Precisamente este año se cumplen 30 años de su primera aparición en Ibermúsica, por aquel entonces dirigiendo a la London Symphony Orchestra, en aquella ocasión en Barcelona. Tres décadas después el director norteamericano de ascendencia japonesa se ha encaramado a lo más alto de la dirección orquestal y para algunos es un referente absoluto especialmente en lo que al repertorio contemporáneo se refiere. Quien estrenara obras capitales como la ópera Saint-Françoise d’Assise de Olivier Messiaen o más recientemente la cantata sinfónica ARCHE de Jörg Widmann ostenta en la actualidad la titularidad de dos de las orquestas más prestigiosas del planeta, una a cada orilla del Atlántico: la Sinfónica de Montreal y la Orquesta Filarmónica Estatal de Hamburgo. Con esta última, cuya dirección detenta desde 2015, regresa a Madrid.
Tratándose de la orquesta decana de la ciudad hanseática, que mejor programa que dos monumentales creaciones del genio de Altona. No en vano cuando Johannes Brahms vino al mundo en 1833 en el mencionado barrio portuario hamburgués, la orquesta invitada por Ibermúsica ya llevaba cinco años de rodaje. El concierto para violín data de 1879 y sabido es que su primer solista, Josep Joachim, fue un aliado de excepción en la redacción de los pasajes para violín solo. Cinco lustros después le llegaría el turno a la cuarta y última de sus sinfonías, que el propio Johannes Brahms estrenó en el Teatro Ducal de Meiningen en octubre de 1895. Dos páginas magistrales de la historia de la música decimonónica que los oyentes podrán escuchar a partir de las 19,30 h.
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