Hay nombres en la historia del jazz nacidos en Norteamérica que irremediablemente se asocian de inmediato con ese género, como, por ejemplo, Louis Armstrong, Duke Ellington, Charlie Parker, Dizzy Gillespie, John Coltrane, Thelonious Monk, Count Basie y un larguísimo etcétera de grandes jazzmen made in USA. También en España ocurre algo parecido cuando se habla de, por ejemplo, Tete Montoliu, Pedro Iturralde, Lou Bennet, Vlady Bass y, más recientemente, de Chano Domínguez, Javier Colina y, siempre, siempre, de Jorge Pardo. Si a los segundos apellidos Jazz y Flamenco le añadimos un nombre, ese podría ser siempre Jorge Pardo.
Sin menoscabar su enorme aportación a toda la música hecha en nuestro país, la sola mención de su nombre conduce directamente al jazz y al flamenco como disciplinas que domina y “controla”.
Tras una intensa andadura profesional por multitud de escenarios de todo el mundo, compartiendo grandes momentos con músicos de todo tipo de estilos; étnicos, clásicos, del jazz y, por supuesto, del flamenco, y tras liderar diversas formaciones, colaborar con otras muchas y marcado por esta dilatada carrera que ha forjado la impronta, las maneras los sonidos y las formas, Jorge Pardo es ya un músico fundamental en la historia de nuestro país.
____________________________