¿Hasta dónde puede el arte reescribirse para seguir las exigencias políticas, éticas y morales de cada época o para denunciar problemas actuales? El teatro del Maggio Musicale de Florencia decidió el pasado domingo, de forma más o menos voluntaria, experimentarlo y estrenó una Carmen de Bizet que supone un insólito paso más allá en esta reflexión.
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