
Cía María Pagés (Foto: Festival Peralada)
Uno de los festivales con más trayectoria de España, uno de los de mayor presupuesto, pero, sin duda, el más ecléctico de todos. Hace algunos años, este festival era inequívocamente clásico: mucha lírica (ópera y recitales), algo sinfónico (con excelentes orquestas) y muy buena danza. Para esta edición, se mantiene un buen nivel en danza (Ángel Corella, María Pagés o American Ballet Theatre’s), la lírica sobrevive a duras penas (recitales de José
Bros, Leo Nucci y José Cura, la zarzuela El rey que rabió, y la interesante ópera contemporánea La Casa de Bernarda Alba, de Miquel Ortega). Por último, la música sinfónica se ve reducida a la presencia de la lugareña y eficaz Orquesta de Cadaqués, acompañada del violinista Valery Sokolov. Por el contrario, lo que sí abunda en Peralada son los espectáculos de música ligera más o menos camuflados para gozo de “culturetas” perezosos: Serrat,
Aute, Cigala, Chucho Valdés, Al Bano o Ainhoa Arteta cantando a los Beatles. Seríamos injustos, no obstante, si no recordamos el ciclo de cuartetos que se ofrece en la Iglesia de Peralada, así como los tres espectáculos infantiles englobados en el ciclo Petit Peralada, que completan un festival que no es ni clásico, ni ligero, sino todo lo contrario.