Doce Notas

Rabbit and rogue: música para la escena

cdsdvds  Rabbit and rogue: música para la escenaEn 1988 disolvió su compañía y se convirtió en coreógrafa del American Ballet Theatre ese mismo año. Ha trabajado para el Teatro en Broadway en obras como The Catherine Wheel, un musical que le encargó el cantante de Talking Heads, David Byrne y en varias películas como Hair, de 1979, Ragtime, de 1981 y Amadeus, de 1984.

Daniel Robert Danny Elfman, Los Ángeles, California. Compositor, músico, cantautor y productor discográfico estadounidense. Es reconocido principalmente por escribir música para las películas del director Tim Burton o por crear el famoso tema de la serie televisiva Los Simpson , entre muchos otros trabajos para la industria cinematográfica USA: Batman y su saga de películas.

Sin duda son dos personalidades de la industria cultural norteamericana, ella desde las artes escénicas y el desde el cine y el audiovisual. Personalmente me siento más cerca de Twyla que de Elfman, en lo musical y performativo pero no deja de ser una gran muestra de arte musical aplicado, ahora que el término está de moda.

Twyla como directora del American Ballet firma la coreografía y tiene el poder, desde Nueva York, de encargar obras a luminarias de Hollywood como Elfman. La música podría ser calificada como mainstream de calidad, muy buena orquestación y grandes contrastes en los diversos pasajes de la obra. Con la repetición ligera que ha establecido John Adams para mucha de la música clásica contemporánea de USA. Es actual pero despojada de todo pasado atonal europeo (Schoenberg o polirrtimia africana) Reich ya apuntó esas maneras Glass en su acercamiento a la música popular, con obras muy desiguales, todas dentro de un elevado interés, especialmente su colaboraciones con Bowie.

La obra que nos ocupa contiene los elementos rítmicos potentes como corresponde a una obra musical que debe ser bailada (por tanto memorizada) por unos excelentes intérpretes. Algo que ayudará, seguro, a la coreógrafa a establecer pautas y dinámicas de movimiento en la escena.

Sin duda se aleja de los ambientes inquietantes de sus colaboraciones con Burton, pero permanece un amplio uso (a veces abuso) de la cuerda en contraste con pasajes más rítmicos en los que Elfman introduce pianolas y elementos electrónicos y percusivos, siempre manteniendo un pulso exacto, como exige una partitura para el ballet (no contemporánea, más abstracta también en lo musical) como es la disciplina que ha practicado Twyla a lo largo de su exitosa e importante carrera como coreógrafa.

Reseñable la extraordinaria producción musical: grabación de la orquesta del American Ballet, sonido, diferenciación de masas orquestales a pesar de la repetición de un motivo, un breve riff, musical (que proviene de la música popular USA, cercano ragtime) y que permanece como pulso invariable a lo largo de toda la obra musical.

Sin duda es música para una minoría de interesados en este tipo de obras musicales escritas para otras artes: danza, teatro, cine, audiovisual o artes plásticas en ocasiones, pero no desdeño pueda ser escuchada con placer por otro tipo de aficionados no tan especializados, como ocurre en mi casa cuando escribo esta reseña.

Al tratarse de una gran multinacional se encontrará sin problema en grandes establecimientos. No duden en comprarlo si lo encuentran.

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