Doce Notas

Ma-Bach pastiche

cdsdvds  Ma Bach pasticheEfectivamente se incluyen obras de distintos momentos de la carrera de Ma, pudiendo verse (a parte de su talento inalterable y su constante actividad) cómo ha evolucionado: desde la grabación de las Sonatas para viola da gamba y cembalo obligato, de 1982, hasta las grabaciones con el mismísimo Tom Koopman con instrumentos originales, de 1998.

Y encontramos una variedad de sonoridades, de grabaciones, de estilos interpretativos, de obras (se cierra el disco con la fantástica Fantasía sobre un aria de Bach, de John Corigliano) que no puede sino sorprender al oyente. Desde luego, la calidad de las interpretaciones es innegable; ¡y Ma está siempre tan bien acompañado! Por el querido Bobby Mcferrin (en la famosa Aria de la Suite nº 3, tomada del exitoso disco que grabaron juntos), por la Amsterdam Baroque Orchestra dirigida por el mencionado Koopman, por Kenneth Cooper, por Kathryn Scott.

Está espléndido en la obra de Corigliano de la que es dedicatario. Le encontramos luchando con la sonoridad (de otro mundo) del clave, pero perfectamente encajado con él, en la Sonata para viola incluida en el CD. También lucha, pero consigo mismo, al parecer, en la Suite nº 3 para violonchelo solo, donde se encuentra a medio camino entre la corrección histórica y lo que él de verdad querría hacer; sin embargo, las danzas suenan saltarinas y juguetonas, y nunca le falta el toque de delicadeza o el toque de aspereza donde lo desea. Los arreglos de las diversas arias y corales (de Erwarme dich, mein Gott, de la Pasión según San Mateo; de nuevo del Aria de la Suite nº 3 BWV 1068; del coral Jesus bleibet meine Freude, de la Cantata BWV 147; del coral Wachet auf, ruft uns die Stimme, BWV 645; del Tema Aria, de las Variaciones Goldberg BWV 988; y del aria Schafe können sicher weiden perteneciente a la Cantata BWV 208) desde luego están hechos a su medida. Aquí su violonchelo barroco sí que se funde con el resto de los instrumentos, incluso de la forma más empalagosa ¡Oyentes que nos dejamos llevar por el sonido: disfrutemos!

Como en la celebérrima Aria, que parece una conversación de violonchelos. Como en la sublime Erwarme dich, en que apenas se contrasta la voz principal, a pesar de su contrapunto destacado, como lo pensó Bach. Como en Wachet auf!, donde órgano y violonchelo parecen hechos el uno para el otro y nos enamoran juntos.

Después de toda esta orgía sonora que rayaría en lo abusivo, si no fuera porque está dirigida por Tom Koopman, apreciamos de corazón que se incluya la Sarabande, de la Suite nº 6 para violonchelo solo. En este movimiento lento y meditativo, Ma hace un pequeño arreglo de la partitura, que no es, sino la versión que convierte la obra en tocable para un violonchelo de cuatro cuerdas, y no de cinco, que es para el cual fue compuesta. Pero sabemos que a Bach nada de esto le importaría (callen los puristas); sobre todo consiguiendo como resultado tanta efectividad y realismo en la expresión de unas líneas sonoras tan magníficas que, a veces, como las de la vida misma, se tuercen un poco, por sorpresa, conservando, sin embargo, toda su belleza. Belleza con mayúsculas, profunda y sinceramente expuesta por el chelista.

No puedo dejar de mencionar expresamente el Ave Maria incluida, la última de las obras grabadas, en 2015. Es, claro, la versión de Gounod inspirada en el Preludio nº 1 del Clave bien temperado de Bach. Aquí no hay lucha, aquí no encontramos sobredosis de nada. Porque Yo-Yo Ma y su acompañante están simplemente perfectos en esta obra: las frases son románticas, como deben ser, el sonido es lleno, como debe ser, el fraseo, la articulación, todo es lo que esperamos de esta pieza. Bueno, no, en realidad, no: lo que esperamos sería muy aburrido, es mucho más. Es lo que esperamos de un artista como Yo-Yo Ma.

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