Es algo discreto y, sin embargo, decisivo durante los últimos años para garantizar uno de los derechos culturales básicos: el acceso al disfrute y a la producción de cultura. El tesoro está en el mapa: esos espacios modestos pero fundamentales, de proximidad, cercanos y diseminados por sus municipios: las Escuelas Municipales de Música y Danza que lamentablemente, como tantas otras cosas que atañen a la cultura, tienen hoy su continuidad amenazada.
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