Sus comienzos surgen de la mano de Paco de Lucía, con el que recorrió los escenarios de medio mundo. En una de aquellas giras, el maestro propuso a Cañizares, pues era el único con conocimientos académicos, que realizara una trascripción para guitarra de algunas piezas de la Iberia de Albéniz para completar el disco del Concierto de Aranjuez. Desde aquel entonces, no ha cesado en el propósito de llevar a la guitarra las obras más características de los compositores españoles más relevantes, sacando de cada una de ellas el “flamenco” que llevan implícito. Hasta el momento, ha dedicado sus esfuerzos a Albéniz, Granados, Falla y Scarlatti.
De Granados publicó en 2012 la transcripción de la suite Goyescas. Aquel disco, ahora remasterizado, forma parte de la trilogía que se publica en homenaje al compositor ilerdense en el centenario de su fallecimiento y el 150 aniversario de su nacimiento.
El primer disco de esta trilogía está dedicado a las Danzas españolas, una de las obras cumbres de su primera etapa. Una colección de doce piezas pianísticas que Cañizares transcribe e interpreta, respetando en todo momento la tonalidad original, con el fin de mantener la fidelidad a la obra en su conjunto. Aunque en algunas de las piezas se aprecia la dificultad para ser interpretadas en la guitarra, Cañizares sacrifica su comodidad en beneficio del rigor y el respeto hacia la partitura de Granados.
El segundo de los discos cuenta con las obras Valses poéticos y Seis piezas sobre cantos populares españoles. La primera de ellas es un conjunto de nueve piezas, de corte romántico, que aunque originalmente escritas para piano funcionan a la perfección en la guitarra. A excepción de la Introducción, el resto de piezas está fuertemente influido por el vals, ritmo muy característico en la guitarra de salón del siglo XIX y que Cañizares sabe transcribir perfectamente a este instrumento. En las Seis piezas sobre cantos españoles se advierten implícitamente esos giros flamencos y ritmos característicos que Cañizares acentúa, llevándolas a su terreno y haciéndolas prácticamente suyas. Completan este disco las dos gavotas atribuidas a Granados que fueron publicadas póstumamente.
En conclusión, otro excelente trabajo en el que Cañizares plasma su conocimiento de la música española, el flamenco y la guitarra, haciendo una versión muy personal de las obras más representativas de Enrique Granados. Desde aquí, animamos a Cañizares para que no ceje en su empeño de trasladar el patrimonio musical español a la guitarra, aportándoles ese aire tan particular y único.
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