El códice llamado Llivre Vermell de Montserrat atesora un cancionero compuesto por diez obras que se nos han conservado desde finales del siglo XIV, así cantos como danzas (cinco al menos), que constituyen una colección única por su importancia y propósito de deleitar a los peregrinos que acudían a adorar a la Virgen de Montserrat, cantando, velando y bailando.
Desde la primera pieza, la antífona O Virgo splendens, que en el CD y el DVD podemos escuchar a una, a dos y a tres voces (abarcando las posibilidades que sugiere el manuscrito), estamos convencidos de que, verdaderamente, la voz es el instrumento de alabanza que más mueve nuestros corazones. Como lo hace la cuerda, nada rasga nuestro corazón, así lo sugería Jordi Savall, y de la propia música pueden surgir enseñanzas para su interpretación. Con esas divisas, el músico buscador (trovador) y aventurero, con gesto exacto de su arco dirige y evoca en su viella los acentos definitivos de Stella splendens in monte, pieza a dos voces en notación polifónica del Ars nova, que nos invita a bailar en círculo y retrotrae a una coreografía atávica, plena de significación en danzas medievales y que en los escogidos instrumentos de Hespèrion XXI recupera su carácter mágico.
Continuamos en nuestro camino haciendo alto en Los set gotxs, balada bailada en rueda que constituye la primera composición musicada en catalán sobre los Gozos que experimentó la Virgen. Una improvisación con santur le precede, como a la mayoría de las piezas, de manera que el arpa o la cornamusa, entre otros instrumentos, preparan nuestro oído y emociones improvisando sobre los pilares melódicos en que descansan las piezas del manuscrito.
A los Gozos sigue la danza en círculo Cuncti simus concanentes, de ritmo enérgico pero balanceado con la dulzura del saludo repetido “Ave María”. La virginidad de María es evocada por la prístina melodía de Polorum Regina, danza de belleza áulica que parece suceder fuera del tiempo, esto es, en el instante místico de elevación espiritual en que ocurre toda visión.
Cornamusa y chirimía de fuego y tierra interpretan la última de las danzas circulares, Ad mortem festinamus, relacionada antaño con danzas de la muerte y de desprecio del mundo, y cuya posible coreografía encontramos en un fresco de una iglesia de Morella (Castellón), probando su difusión.
CD, DVD y pequeño libro de guardas bermejas (Vermell) que, con una información muy completa brindada por el propio Jordi Savall y un muy erudito Josep Maria Gregori, desde el primer detalle se revela como un proyecto de indagación en la música y el sentir que atesora el manuscrito; cantos y danzas en latín (la mayoría) pero también en catalán y occitano, y todo ello explicado en seis idiomas, con acento universal. Jordi Savall es un convencido del cómo y del contenido que nos hace entrega de la forma más acabada.
____________________________