Doce Notas

Max Richter rinde homenaje a Virginia Woolf

cdsdvds  Max Richter rinde homenaje a Virginia WoolfUna obra minimalista, cargada de sensibilidad, es el regalo que Max Richter ha querido entregar a su admirada literata Virginia Woolf. Setenta y seis años tras su suicidio, se publica el álbum Three Worlds: Music from Woolf Works. Un disco compacto con música compuesta íntegramente por Max Richter, que reúne piezas para ballet, basadas en tres de las obras de la autora: Mrs. Dalloway, Orlando y Las Olas.

El compositor inglés, nacido en Alemania, ha expresado su intensa fascinación por Virginia Woolf. Sin lugar a dudas, Virginia fue una de las más importantes intelectuales británicas del siglo XX y una entusiasta defensora de la mujer. La vida de la escritora estuvo marcada por crisis y depresiones y, sin embargo, las adversidades que hubo de afrontar no afectaron, en absoluto, a su producción literaria. Finalmente, tras no poder hacer frente a su trastorno bipolar, se suicidó en el río Ouse el 28 de marzo de 1941.

Max Richter ha querido descifrar sus obras y dotarlas de sentido musical, incluso emular el suicidio de Woolf en la tercera parte del ballet, Las Olas. Mismamente, la imagen protagonista de la carátula, genialmente escogida por su capacidad descriptiva del contenido del álbum, recrea las texturas sonoras que Richter dispone en su trabajo. Si bien podemos identificar el agua, el mar y “Las Olas”, con el final de la obra que, a su vez, coincide con la muerte de Virginia.

La primera parte del ballet, describe los personajes de la novela Mrs. Dalloway. Dividida en cuatro números, fácilmente identificables por una breve pausa de separación entre ellos. El sentimiento implícito en la música es lo que aporta poder, transmite sí, y no solo eso, emociona. Los sonidos están calibrados a la perfección en todo momento, generando así un aglutinamiento de sonoridades únicas. Y los instrumentistas realizan una inmejorable interpretación de la obra, cuidando cada sonido al detalle y, sobre todo, sintiendo.

Se inicia el ballet con Words. Suenan las campanas, y la única grabación existente de la propia Virginia Woolf declamando es la que tiene todo el protagonismo. Silencio.

Un tema nostálgico se repite en In the Garden. La línea melódica del violonchelo es posteriormente interpretada por el violín sobre un piano que ejecuta el acompañamiento. La cuerda juega, se fusiona y entrecruza; pero lo verdaderamente vibrante es el contracanto del violonchelo.  Meeting again cierra el primer tercio de la obra. Son campanas, nuevamente, las que introducen el tema realizado por el piano. Sin embargo, en la lejanía se escuchan trazos de Glassworks.

Inesperadamente, un cambio radical se produce. Orlando. El inicio, característico evidencia la mayor presencia de la electrónica. Este es el centro de la obra, más vanguardista y experimental, siguiendo la evolución de la protagonista de Orlando, que recorre V siglos en la novela homónima. La base es la “transformación”, como indicó Richter, que se transluce en el desglose de los sonidos y las diferentes técnicas que el compositor emplea en su desarrollo. Además, en contraposición a las interpretaciones fragmentadas de Mrs. Dalloway, a partir de ahora, la música gozará de continuidad.

Modular Astronomy es el primer número, precioso. Los sonidos son cortados de cuajo, de tal manera, que se impide su resonancia. Transformation se traduce en una evolución constante; el motivo, que es interpretado una y otra vez, gana riqueza por las variaciones que el compositor introduce con los diversos instrumentos y el sintetizador. The Tyranny of Symetry es rítmica y breve, pero contundente. Y los sonidos que se superponen en Persistance of Images, hacen que los primeros vayan desapareciendo sucesivamente como por arte de magia. No obstante, podemos encontrar efectos sonoros que presentan mayores dificultades en la escucha de un oído no habituado, quizá más experimentales como en Possibles.  El segundo tema principal toca a su fin con Love Songs, menos vanguardista. Supone un descanso para el oído, que toma aire, y se convierte en quizá, la pieza menos sorprendente del conjunto.

Los últimos veinte minutos son tremendamente dramáticos. Las Olas comienza con la voz de la narradora Gillian Anderson, imitando francamente bien la voz de Virginia Woolf. La lectura de la carta de suicidio que Virginia escribió a su marido reúne la tensión principal del tercer tema, y posiblemente de la obra en su conjunto. Son bellísimas las palabras de Virginia, una declaración de amor profunda y agradecida. El agua, el mar, “Las olas” y la voz de Grace Davidson recrean el suicidio, al que Max Richter quiso dar un ambiente solemne y tranquilo. Tuesday, el único número de esta última parte se hace un poco largo. Sin embargo, es un instante de singular inquietud, que representa la unión entre la vida y la muerte.  Virginia vive, Ritcher le da vida; pero inevitablemente muere. Descanse en paz.
____________________________

Salir de la versión móvil