Doce Notas

Los retos del sindicalismo musical: del cobro de facturas al Estatuto de Artistas

La necesidad de revisar el actual Régimen Especial de Artistas propició que, durante 2015, todos los partidos políticos que tenían representación en el Congreso asumieran el compromiso de elaborar el Estatuto del Artista. Esta propuesta surgió de la Unión de Actores, aunque incluye al sector musical.

Mientras el Sindicato de Músicos, Intérpretes y Compositores (de ámbito estatal) y el Sindicato de la Música –recientemente nacido en el ámbito territorial de los Países Catalanes– hacen mucho énfasis en la necesidad de construir «conciencia de clase dentro del sector» y apostar por la negociación de convenios colectivos y el Estatuto de la música, entidades como la Asociación Profesional de Músicos de Cataluña (Musicat) han optado por integrar cooperativas de trabajo y facilitar la facturación a través de ella, mientras intenta negociar un nuevo marco normativo.

La cooperativización del trabajo musical

Las asociaciones profesionales «podemos crear cooperativas y nuestra asociación lo hizo en su momento», explica Guillermo Arnedo, de la Asociación de Músicos de Jazz y Música Moderna de Cataluña (AMJM). Aunque puntualiza: «Para una asociación pequeña es un peligro sostener una cooperativa, te genera muchos problemas de tesorería tener que adelantar el IVA y muchas lo dejan»…

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