Doce Notas

Elfman acompaña a La chica del tren

cdsdvds  Elfman acompaña a La chica del trenLa carrera como músico del Sr. Elfman es larga: incluyendo formar parte de una banda de rock en la nueva onda de los años 70, y luego liderarla con distintas influencias musicales en años sucesivos. La tendencia teatral de su grupo le llevó pronto a entrar en el mundo del cine, ámbito en el cual, una vez empezó a componer bandas sonoras, ha obtenido sus mayores éxitos con numerosas nominaciones y galardones, además del reconocimiento del público.

Es autor de melodías que ya forman parte de nuestra memoria. Empezando por la histriónica sintonía de Los Simpsons; y siguiendo por un estilo asociado al género fantástico de Burton, que podemos reconocer en Eduardo Manostijeras o en Charlie y la fábrica de chocolate, pero que se extiende a otras películas también fantásticas de súper héroes, como se puede oír en la música de Batman o en el tema inicial de la serie de Spiderman. Estas partituras, muchas de ellas de deslumbrante instrumentación sinfónica -arregladas por otros músicos especialistas- siguen siendo un hito y siguen influyendo en las bandas sonoras del género.

La película que nos ocupa, es un thriller feminista en tonos pardos (y algo de rojo oxidado) que se deja acompañar fielmente por su música de forma indisociable. Y al igual que la película no es espectacular, su música tampoco quiere relumbrar por encima de lo utilitario siendo, sin embargo, por eso precisamente, una excelente banda sonora.

La partitura está construida para una mezcla sabia de instrumentos exclusivamente de cuerda y sonidos electrónicos, lo que le da una sonoridad muy actual y a la par clásica, que se funde muy bien con el ambiente visual: otoño, nubes, alrededores de New York, trenes y vías de tren, estaciones siniestras, bosques húmedos, burguesía acomodada… Instrumentos de cuerda y sonidos electrónicos parecen representar mundos diferentes. La vida dentro de las casas confortables, el desamparo exterior; el amor puro hacia los hijos, el amor pervertido de los adultos; la rutina laboral, la complejidad personal…

La sabiduría de Elfman se refleja también en el lenguaje compositivo escogido: por un lado, cierto minimalismo ya habitual en estos tiempos y recurrente en él mismo; por otro, algún leitmotiv fundamental o constructivo que da unidad interna al conjunto. Además, se consigue con estos elementos hacer referencia a la atmosfera: a los escenarios, físicos y mentales, a la memoria trastornada de la protagonista, a sus recuerdos diluidos en alcohol y sobrevenidos en flashbacks sucesivos a medida que se va deshaciendo la trama.

Al fin una textura engañosamente inocente de líneas sencillas enturbiadas por tantos sonidos añadidos, pertenecientes a los otros mundos que existen paralelos al aparente.

 

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