Doce Notas

La enseñanza en los conservatorios: factores de riesgo en salud laboral

La investigación fue de “caso único” esto es, me basé para mis conclusiones en sucesivas entrevistas, separadas en el tiempo, a una sola persona, en este caso un profesional docente de un centro de enseñanza profesional de la música, lo que en España llamamos Conservatorio.

Antes de elegir al profesional en cuestión, me planteé la hipótesis de la que partir y fue ésta:

El exceso de expectativas que un profesional en activo se hace a la hora de transmitir sus conocimientos, continuamente renovados por la propia dinámica del ejercicio profesional sobre el escenario -ya que es éste el medio laboral del profesional de la música, en sus diversas manifestaciones públicas: auditorios porque interpreta, o se interpreta su música, o escribe las notas al programa, o dicta clases o seminarios- podría inducirle una sobrecarga de presión, interna sobre todo, es decir ansiedad, frustración y derivar finalmente en un síndrome de estrés.

El siguiente paso fue buscar fuentes documentales, bibliografía, en suma, ver quiénes, cuándo y dónde, antes de mi trabajo, se habían planteado cuestiones similares para investigar. He de reconocer que partí con total escepticismo, convencida de que no encontraría nada o casi nada. Me equivoqué, encontré mucho y bueno; la mayor fuente documental la encontré en las bases de datos de la A.P.A. (Asociación Psiquiátrica Americana), cosa que por otro lado no es demasiado sorprendente ya que en Los Estados Unidos de América, la enseñanza de la música es obligatoria en las escuelas primaria y secundaria, así como la práctica de las bandas es habitual en las universidades; además existen estudios superiores específicos en todas la universidades de todos los estados, algunas de reconocimiento internacional como La Julliard School of Music, de Nueva York, o el Departamento de Música de la U.C.L.A., Universidad de Los Ángeles, en el Estado de California, o La Universidad Privada de Standford, también en California, especializada en “composición asistida por ordenador y métodos compositivos con electroacústica”; sólo por citar tres universidades históricas.

De hecho una fuente básica, encontrada en la base de datos antes citada, fue el artículo “Role stress in the professional life of the school music teacher: A Collective Case Study”[1]que abordaba el nivel de estrés del profesorado en una escuela de música, teniendo en cuenta su doble tarea de profesores y músicos así como las interferencias que podían impedir el desarrollo de su labor con fluidez.

El resultado de esta investigación, colocaba las expectativas del profesorado demasiado altas, muy influidas por sus experiencias vitales como estudiantes y que no se adecuaban a la realidad del contexto, incluso a menudo fuera del contexto que les rodeaba. La solución que propone la investigación es utilizar la comunicación como el arma más potente para combatir en esta batalla de expectativas contradictorias y fuera de contexto.

En resumen, los conflictos internos intervienen directamente en los conflictos externos, algo que es muy evidente en los conservatorios que son centros de enseñanza profesional de la música, por profesionales en activo, además de docentes, y dónde yo quiero investigar qué factores de riesgo existen.

Otras investigaciones consultadas giraban alrededor de mi hipótesis de una manera u otra, por ejemplo en relación a la motivación para cursar estudios de profesor de música es interesante el estudio realizado en Greensboro, en la universidad de Carolina del Norte que analiza los impedimentos, las facilidades y las motivaciones, desde un análisis factorial[2]. Es interesante por lo que de prevención de riesgos laborales puede extraerse, así como las conclusiones del trabajo de Madsen y Cassidy, sobre los trabajos estrictamente prácticos en las clases de música o de orden virtual o teórico[3].

Otra fuente referencial fue la investigación conjunta de dos universidades españolas, los profesores de la Universidad Autónoma de Madrid, Enrique Merino Tejedor y Miguel Ángel Carbonero Martín, junto con los profesores de la Universidad de Valladolid Bernardo Moreno-Jiménez y María Eugenia Morante Benedero, sobre el burnout en maestros, en población española, en concreto una muestra recogida en la enseñanza secundaria en una población del centro del país[4]

Por último dos fuentes relacionadas entre sí transversalmente: Un estudio cruzado entre dos poblaciones de docentes de música, una en Vancouver, -Canadá- y la otra en Hong Kong[5]. Este estudio explora, a través de entrevistas y observaciones día a día de las clases prácticas, las creencias de diez profesores de música en las escuelas primarias en Vancouver y en Hong Kong.

Finalmente una fuente de enorme interés, y que en las conclusiones veremos cómo he podido aplicar en prevención y tratamiento fue el trabajo encontrado en el Journal of Mental Health Counseling acerca del uso de la musicoterapia en el tratamiento del síndrome de burnout en maestros[6]; este estudio determinó la efectividad de las técnicas de terapia musical como intervención en el síndrome de burnout en maestros.

A partir de estas fuentes pude extraer unas conclusiones de hipótesis:

A saber, que este exceso de expectativas, ilusiones, implicaciones emocionales y profesionales en la enseñanza profesional de la música, iba a arrojar unos datos escalofriantes de burnout e incluso de incompatibilidades de conciliación entre la vida laboral y la familiar.

Me centré, a la vista del primer cuestionario pasado al profesional, en los riesgos laborales derivados de los estresores laborales, pues de sus respuestas, se desprenden datos, no sólo de estresores psicosociales –como yo pensaba desde mi hipótesis- y biológicos –exposición a ruido-, sino que encontré numerosos estresores del ambiente físico -prácticamente todos, de los ocho grandes bloques-, y por supuesto estresores derivados de las demandas estresantes del trabajo, siendo los más abundantes los estresores laborales derivados de los contenidos y del desempeño de roles.

Así, mi punto de partida hipotético es el siguiente:

1.- Excesivas expectativas, tanto en lo que respecta a los alumnos/as como en lo que concierne a uno/a mismo, especialmente en cuanto a cumplimiento de objetivos fuera de la realidad o cuanto menos desproporcionadamente ambiciosos.

2.- Interferencias entre la vida personal y la vida laboral, no sólo por cuestiones vigentes en la actualidad, sino también por situaciones vividas como alumnos/as y cómo éstas están interfiriendo en su actual vida como docente.

3.- Un ambiente laboral competitivo, que genera comparaciones y rencillas, tanto dentro del medio laboral del conservatorio como con profesionales en activo pero externos.

4.- Desasistencia y olvido por parte de las jerarquías directivas y los responsables administrativos.

5.- Escasa o nula incidencia y repercusión social; la vida musical no parece que interese al Mundo.

El profesional que elegí fue un pianista, de cuarenta y cinco años, funcionario docente desde 1980 y profesor de conservatorio, en la especialidad de piano; además licenciado en Económicas y doctor en Ciencias de la Música. Ha residido fuera de España cinco años, a mediados de los noventa, mediante una excedencia laboral. Es pianista en activo, con numerosas grabaciones y actuaciones tanto en España como en el extranjero. Ocupó un cargo público de gestión administrativa de los conservatorios, justo en el período en que se tramitaba la Reforma de las Enseñanzas Musicales, a primeros de los noventa. Está casado y tiene un hijo.

 Características sociodemográficas:

En la Comunidad de Madrid existen en la actualidad once conservatorios profesionales, uno con carácter exclusivo de enseñanzas superiores. En cada conservatorio hay una media de doce profesores de piano, ya que no solamente es el instrumento más demandado -por cultura popular y desconocimiento de los otros restantes- sino que además existe una asignatura obligatoria en los estudios profesionales, para el resto de los estudiantes no pianistas, denominada piano complementario.

De la población docente, dos especialidades son las más afectadas: los pianistas y los profesores de teoría y solfeo. Y la explicación es muy clara: son los que tienen que absorber todo tipo de población estudiantil, sin ninguna prueba específica de acceso previo ni entrevista personal que demuestre una información mínima de lo que van a estudiar.

Es una población maltratada por una indefinición legal, ya no existe ninguna ley que regule las enseñanzas musicales, solamente existen decretos que se derogan unos a otros a golpe de “ventolera política”. Así, por defecto, se aplica la legislación para los funcionarios docentes de Enseñanza Secundaria no Obligatoria, en caso de conflicto.

En este estado de la cuestión se desenvuelve nuestro profesional, alternando conciertos como solista en el Auditorio Nacional con docencia en situación de riesgo para su salud mental, como vamos a ver.

Realicé tres entrevistas: La entrevista inicial, contexto y condiciones en las que desarrolla el trabajo; Segunda entrevista y Tercera entrevistas, todas ellas separadas por dos meses cada una.

En la investigación original existe un apéndice donde aparecen destacados elementos, clave a la hora de contextualizar y analizar las condiciones en las que el profesional desempeña su trabajo.

En el artículo completo aparecen transcritas las respuestas más significativas en la primera entrevista y completa en la segunda y tercera.

De las respuestas obtenidas en la primera entrevista, deduzco que padece unos estresores laborales muy fuertes y que tengo que comprobarlo con los cuestionarios que midan los niveles, intensidades y gradaciones, así como el nivel de burnout y desajuste vida familiar-vida laboral.

Ahondo en la sospecha de burnout.

 Tras la segunda entrevista, ante un estado de desaliento absoluto y burnout –pendiente de pasar el cuestionario para validar la hipótesis-, se me ocurre realizar una tercera entrevista que vaya más encaminada hacia mi hipótesis de intervención en estrategias personales, especialmente, ya que las estrategias ambientales y laborales parecen más difíciles de ser intervenidas, puesto que los administradores no muestran el más mínimo interés en solucionar esta situación, según e se desprende de las entrevistas.

De esta manera, me encamino más hacia preguntas que me den un indicativo de recursos internos –emocionales y cognitivos-, habilidades sociales, estrategias de pensamiento, creencias y falsas creencias, que puedan permitirle afrontar la situación que está viviendo.

En la tercera entrevista indago en los recursos internos de que dispone el profesional, así como en qué estado anímico los aborda.

La evaluación de la salud mental del profesional se encuentra transcrita en el artículo completo así como los resultados de las escalas.

Las conclusiones de la investigación, a la vista de los resultados obtenidos en los cuestionarios de evaluación de satisfacción laboral, -que han arrojado datos de estrés laboral y síndrome de burnout, además de altas tasas de insatisfacción laboral- proponemos una serie de estrategias de intervención, transcritas en el artículo completo.

En resumen, para que las estrategias sean eficaces se necesitarían tres niveles de intervención:

PRIMARIA

Estrategia de evaluación de riesgos, con aumento de participación en la toma de decisiones, auditorias de estrés.

SECUNDARIO

Programa psicoeducativo y de formación en habilidades de afrontamiento de estrés, asertividad, relajación, etc.

Cursos formativos e informativos.

TERCIARIO

Programas de tratamiento, rehabilitación y todo el proceso de recuperación en los trabajadores que ya hayan sido dañados por el estrés, tanto a nivel de salud física como mental.

Facilitar el seguimiento de la rehabilitación y de la vuelta al trabajo.

CONCLUSIONES HOY

Llama la atención, a pesar de los 7 años que separan este trabajo de investigación de hoy, su actualidad. Por ello realmente no ha habido que cambiar nada, ni recurrir a una nueva entrevista hoy, 7 años después.

Mi conclusión es clara: el desajuste de expectativas es una de las causas más profundas de desaliento, frustración y depresión entre los profesionales que se dedican a la docencia en conservatorios. Solamente con entusiasmo, por encima de las dificultades ambientales, es posible sobreponerse, además de con reciclaje pedagógico: damos por hecho que quien enseña en un conservatorio, además de profesional de la música en activo (concertista, compositor/a, investigador/a, …) tiene una clara vocación docente, es decir, de transmisor, de comunicador, además de generosidad y amor por el Conocimiento.

(La Bibliografía utilizada en este estudio, aparece enumerada en el artículo completo en PDF)

Marisa Manchado Torres, Madrid, noviembre 2016

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 Notas    

[1] Scheib, John W. (2003). Role Stress in the Professional Life of the School music Teacher: A Collective Case Study. Journal of research in Music Education, 51 (2), 124-136.

[2] Teachout, David J. (2004). Incentives and Barriers for Potential Music Teacher Education Doctoral Students. Journal of Research in Music Education, 52 (3), 234-247.

[3]Madsen, Katia; Cassidy, Jane W. (2005). The effect of focus of attention and teaching experience on perceptions of teaching effectiveness and student learning. Journal of Research in Music Education, 53 (3), 222-233.

[4] Merino Tejedor, M.A., Carbonero Martín, M.A., Moreno-Jiménez, B., Morante Benedero, M.E. (2006). La escala de irritación como instrumento de evaluación del estrés laboral. www.psicothema.com, 18 (3), 419-424.

[5] Wong, M. (2005). A cross-cultural comparison of teachers’ expressed beliefs about music education and their observed practices in classroom music teaching. Teachers and Teaching: Theory and Practice, 11 (4), 397-418.

[6] Cheek, J. R., Bradley, L. J., Parr, G.; Lan, W. (2003). Using music therapy techniques to treat teacher burnout. Journal of Mental Health Counseling, 25 (3), 204-217.

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