De ellas, ocho son motetes con texto en latín, y el resto canciones profanas en francés. Es un corpus que muestra los últimos avances de su época en cuanto a notación se refiere; esto es, estamos ante “música mensurabilis”, en la que se puede conocer de forma precisa la duración de las notas. Este disco, primer volumen de una serie que nos adentrará en otros fragmentos del Codex Chantilly, incluye ocho piezas con texto en francés: cinco baladas, dos virelais y un rondó. El conjunto Tetratkys, especializado en el repertorio tardo medieval y liderado por Kees Boeke y la experimentada cantante Jill Feldman, ofrece versiones muy atractivas de estas piezas polifónicas profanas, pero se echa de menos que en el interior del disco se hable sobre los criterios interpretativos que han seguido para abordarlas. Por el contrario, el gran aliciente aquí, es escuchar en un repertorio tan alejado en el tiempo, al que ya podemos calificar como “todoterreno” contratenor Carlos Mena.
