
En 1878, Antonín Dvořák estaba en Viena y quedó tan impresionado por una interpretación de la Serenata para viento en si bemol mayor, K. 361, de Mozart que escribió su propia serenata para viento en el lapso de dos semanas tras su vuelta. Tomando la obra de Mozart como modelo, añadió al grupo de viento una parte para violonchelo y otra para contrabajo. La Serenata Op. 44, que también encantó a Johannes Brahms, fue publicada por la editorial Simrock poco después de su estreno. La nueva edición crítica de Bärenreiter se basa en esta primera impresión a la vez que utiliza el autógrafo para corregir una serie de errores y diversas las inconsistencias en la articulación.
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