Doce Notas

Feliz año retro

cdsdvds  Feliz año retroNo se le escapará a cualquier lector sagaz que esta reseña trata de una grabación de hace más de medio año, por lo que podríamos justificarla haciendo el chiste fácil ya que, frente las olas de calor veraniegas, qué mejor que recordar el fresco del invierno el primero de año de este 2016. Lo cierto es que, si bien el formato en CD salió a la venta en enero, el LP que nos ocupa no fue editado hasta entrado marzo, a lo que si sumamos los tiempos de petición, envío, recepción y escucha – complicada ya que disponer de reproductor de vinilos a veces es difícil – nos plantamos en que estas líneas se publican cuando se publican. Con la comprensión y el perdón – espero – del lector entramos en materia.

Hoy en día, cuando la industria del disco vive una notable decadencia, son las apuestas más alocadas las que intentan hacer que el negocio reflote. Es el caso de la grabación que nos ocupa, ya que al igual que en años anteriores, Sony ha decidido lanzar al mercado no sólo un CD y un DVD/Blueray del famoso concierto de año nuevo, sino que además los amantes del vinilo podemos disfrutarlo en este clásico formato que día tras día gana adeptos. La experiencia de escuchar música cambia de esta manera, pudiendo disfrutar de entrada de la gigantesca portada en cartón con dos espacios interiores llenos de fotos: Una forma fantástica de, sin poder ver la florida decoración del Musikverein durante la escucha, hacernos una idea de cómo se engalanó la sala para la ocasión.

De la grabación hay varios puntos relevantes que reseñar: el trabajo de los ingenieros de sonido es impecable y se puede apreciar perfectamente la buena mano del maestro guiando a la plantilla de la filarmónica, sin duda una de las mejores del mundo. Obviamente no se puede entrar en matices ya que el repertorio es una suerte de carrusel de polkas y valses – tal y como marca la tradición – en los que hay que destacar el novedoso “España” de Émil Waldteufel, tocado por primera vez en tan señalada ocasión, y las delicadas voces de los niños cantores de Viena, que arrancaron una emotiva ovación al público. A la obra de Waldteufel se suman siete más que jamás se habían interpretado el primero de año, lo que da un mayor valor a la grabación.

La duración del concierto, imposible para un único disco, supone que el oyente no tenga que cambiar dos sino tres veces el LP, ya que ésta es la única manera de dar solución a las más de dos horas que duró la actuación este año. Puede parecer una molestia, pero para el que le guste el vinilo no es ninguna novedad, es más, lo entenderá como parte del encanto de oír música en este formato. Y que no se preocupe nadie: los cortes están bien hechos para que no estorben a la audición y las bromas del maestro Jansons – toque de cornetas, llamadas al cartero, etc. – se escuchan perfectamente.

¿Pegas? Aparte de los cambios de disco no encuentro mayores problemas en una edición que, sin ser espectacular tiene mucho encanto y está magníficamente impresa en cartón duro, de forma que seguro aguantará el paso de los años. La diferencia de precio con la edición en CD la valorará cada comprador, pero seguro que cualquiera que se decida por el vinilo quedará conforme con su elección.
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