Doce Notas

Juan Carlos Garvayo y Roberto Sierra reconstruyen ‘la memoria de un piano caribeño’

cdsdvds  Juan Carlos Garvayo y Roberto Sierra reconstruyen la memoria de un piano caribeñoA modo de monográfico, Boleros & Montunos compone una mirada a tres partituras de Roberto Sierra inspiradas por el pianista granadino y compuestas para sus cualidades. Para la ocasión, autor e intérprete han tenido la oportunidad de trabajar conjuntamente en una grabación realizada en el Auditorio Manuel de Falla de Granada durante el pasado septiembre. Las obras, previamente estrenadas por Juan Carlos Garvayo, conforman lo más reciente del catálogo de Roberto Sierra para piano; y el resultado es una fascinante asociación del sonido minucioso y enérgico que Garvayo consigue arrancar a un Steinway y la voz poética de Sierra, alumbrada en el trópico pero empapada en el conocimiento de toda la literatura pianística de la tradición occidental.

Sorprenden la unidad prodigiosa y la sobresaliente coherencia del discurso de Boleros & Montunos tanto como la conexión simbiótica que han conseguido alcanzar creador e intérprete. La propuesta del mestizaje cultural de Sierra encuentra a su más fiel creyente en Garvayo, y por ello hubiera resultado imposible encontrar una plaza más idónea para rendir homenaje al entendimiento entre diferentes como Granada. En efecto, Garvayo predica la doctrina sonora del puertorriqueño, que desgrana nota a nota como si la palabra dicha fuera la única posible. No en vano, el granadino es uno de los pianistas y músicos españoles (también ejerce la dirección) con más proyección dentro y fuera de nuestras fronteras cuya calidad como intérprete le valió el Premio Nacional de Música 2013.

En el catálogo de Roberto Sierra, ya bien extenso, no abunda la música para piano, para «mi puente al mundo de la música». Pero a pesar de escaso y tardío, el acercamiento del compositor a este instrumento no puede deberse a que le resulte extraño y ajeno: Sierra posee intuición, imaginación, una sensibilidad embriagadora; y tiene pleno conocimiento del teclado, al que convence con su inspiración entre culta y popular, entre vieja y moderna, entre folclórica y quintaesenciada (etiquetas que música como la que oímos en Boleros & Montunos vacían de contenido) mientras respira espontaneidad y no pierde el pulso de lo cotidiano y lo inmediato.

Boleros (Primer álbum, 2010-2014) –en realidad una colección de ocho muestras de un «eco lejano» del bolero pianístico caribeño de mediados del siglo pasado–, conforma una serie de «recuerdos de melodías casi olvidadas, transformadas según se van escribiendo o recordando» –como reconoce el autor– pero siempre adaptadas al ambiente y las sonoridades más vanguardistas. Así, mediante la deconstrucción de la forma, el ritmo y los esquemas armónicos, Sierra consigue desdibujar un género que a la postre siempre resulta reconocible porque guarda el poso lejano de un paisaje, de un olor y un sabor. La otra gran colección que jalona la obra de Garvayo y Sierra es una serie de cuatro Montunos (2015), una evocación de danzas, en este caso de inspiración cubana, que exhibe otro capítulo satisfactorio de traer el presente un género no transitado dentro de la denominada música contemporánea. La obra consiste en cuatro remembranzas de fuerte carácter nacional que encuentran su coherencia interna en el elemento rítmico estimulado tanto por Stravinsky como por la Fania All-Stars y donde el piano preparado simula los toques de bongos y tumbadoras. Introducción, Canción y Descarga (2013) funciona, como sostiene Sierra, a modo de entreacto, de movimiento perpetuo, de tocata latina pensada por y para el virtuosismo de Garvayo. La partitura, todo un desafío técnico que conjuga una vez más los murmullos de una tierra con los procedimientos armónicos y compositivos más avezados, tiene visos de fundacional.

Boleros & Montunos, al fin y al cabo, es una oda a la «memoria musical» en toda su magnitud y un canto enérgico donde la esencia de lo local sale al encuentro de lo global, una recontextualización de sonidos y estéticas de diverso origen temporal y espacial. Así, a modo de palimpsesto, Sierra reescribe con la ayuda de Garvayo una memoria musical que mira a un lado y a otro y que transita del presente al pasado sin prejuicios. Como reconoce el compositor, en cierta manera es ésta la única propuesta estética y ética posible: «guardo plena convicción de que al pensamiento universal debo partir desde mi locus interno, [por ello] encaminé este nuevo rumbo que contempla la música de mis memorias tropicales pero que a la vez las transforma de un nuevo contexto musical». Ésta, y ninguna otra, es la clave de un proyecto que resulta sobresaliente desde el momento en que Garvayo decide encargarse de trasladar esa idea a la experiencia sonora, de convertir esa intuición intelectual en una música que respira belleza, justicia y verdad en igual medida.

IBS Classical y la Fundación BBVA presentan esta aventura en una edición cuidada, sobria pero sugerente, que nos sumerge en ese clima tan particular y universal de la música de Sierra gracias al arte de Carmelo Sobrino y a un libreto que recoge, casi a modo de tratado, la poética del compositor y un comentario del intérprete igualmente revelador. Nos gustaría pensar que Boleros & Montunos tan sólo es una muestra de un proceso que sigue en marcha, que constituye únicamente un capítulo inicial de una empresa de mayor magnitud dedicada a ese ejercicio, tan sano como enriquecedor y necesario, que es el de la memoria.
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