La programación acogió el estreno absoluto de la obra Chigaday del compositor Gustavo Díaz-Jerez, encargo de la Fundación SGAE y AEOS, el concierto para dos marimbas The Wave Impression, de la marimbista Keiko Abe, compuesto y estrenado en el 2000, y la orquestación de A. Schoenberg de Piano Quartet en Sol menor, de Johannes Brahms.
La obra Chigaday de Gustavo Díaz-Jerez, inserta en la estética espectralista, se vale de procesos compositivos como fractales, series numéricas, células rítmicas derivadas de procesos matemáticos que inundan la estructura de la obra, según el compositor. No obstante, para él, estos sólo son el “andamiaje” transparente a la escucha consciente del oyente. Ciertamente así fue, la percepción auditiva guio al público, ajena a los tecnicismos compositivos, a establecer conexiones y relaciones entre la música y la fuente de inspiración, Chigaday, una localidad rocosa en la isla de La Gomera.
Esta composición es una visión poética, de factura contemporánea, que a través del tratamiento sugerente que hace del timbre y la utilización de recursos y técnicas extendidas, bien pudo sugerirnos ciertos aspectos del lugar, como el efecto evocador del viento, muy logrado por la sección de viento metal de la orquesta, o las repentinas precipitaciones de barrancos y zonas rocosas, en manos de descensos continuos en las líneas melódicas, que interpretó la sección de cuerdas, o simplemente otra percepción cualquiera, dado que no se trata de música imitativa al uso, sino inspirada en un lugar. Chigaday es la reflexión artística de Gustavo Díaz-Jerez sobre un lugar y por extensión, sobre el mundo.
Por su parte, la batuta de Perry So, dejó ver claramente los materiales básicos de la composición, y supo sacar partido de una partitura de influencia electroacústica, al subrayar sobre todo, la fuerza expresiva del timbre y el material rítmico de la obra. Chigaday presentó construcciones de espectros sonoros interesantes sobre los que destacaron los sonidos cristalinos y agudos sobrepuestos, con un material melódico muy sutil que aportaba nuevos colores, muy bien interpretado por las placas, flautas, y la sección de viento madera en general. Por otra parte, los instrumentos de viento metal se sirvieron de un material muy expresivo y efectista, mientras que la cuerda se hacía con la patente estructural de la obra. La utilización repetida del material sonoro, generó un forma cíclica en la composición, tal vez como símbolo de lo imperecedero, Chigaday.
Igualmente a la altura estuvo la Orquesta Sinfónica de Tenerife y la dirección de Perry So ante la estupenda interpretación de otra obra contemporánea del programa, el concierto para dos marimbas The Wave Impression, de Keiko Abe, en el que cohabitan la tradición japonesa con la occidental bajo un halo de organicidad y reivindicación. La gran marimbista Keiko Abe, mostró un despliegue de posibilidades técnicas y una energía interpretativa que fluía sobre la orquesta, junto a la joven Verónica Cagigao, que lució una espléndida técnica y capacidad expresiva. Ambas pusieron de relieve la organicidad de la obra, y tocaron con mucha naturalidad y una gran complicidad entre ellas. Dos marimbas bajo un solo concepto artístico y estilístico, lo que supuso un placer de escucha para todo el público asistente, que supo no sólo valorar la estupenda interpretación de la complejidad técnica de la obra, sino además, la belleza interpretativa y fusión Abe-Cagigao, maestría y frescura. En respuesta a los aplausos del público, Keiko Abe ofreció un bis como solista y otro a dúo junto a Verónica Cagigao.
La imaginaria simbolista de la obra, vino a instalarse en una realidad del siglo XXI poetizada, pero sugerente e inconformista. Secciones ondulantes, estables armónicamente y claramente articuladas, dibujaron la tradición oriental de forma consustancial, que se enfrentaba a otras secciones con complejos diseños rítmicos, reivindicativos, que ponían constantemente a prueba a la orquesta. La claridad y precisión de la dirección de Perry So, hizo brillar a la Orquesta Sinfónica de Tenerife bajo unos presupuestos de música contemporáneos, caracterizados por la exigencia técnica y tímbrica en las dos obras de la primera parte, Chigaday y The Wave Impression.
La segunda parte del concierto, tomó otro cariz, con la interpretación de la orquestación de Shöenberg de Piano Quartet en Sol menor, Op. 25 de Brahms, aunque sin perder el vigor interpretativo que había mostrado la orquesta en la primera parte. El director, supo sacar brillo a la orquesta y orquestación implícita en la versión de la obra de Brahms, en la que destacó el papel de la trompa solita, y la sinfónica tinerfeña en general, al abordar por tercera vez en la noche, una obra de exigencia rítmica. Los fragmentos líricos permitieron aplacar el ímpetu interpretativo de la agrupación, que sobresalió por una destacada y enfatizada articulación de la obra.
Próximos conciertos del Festival de Música Contemporánea de Tenerife:
- Martes 7 de junio. Espacio Cultural Caja Canarias: Barcodes Dúo
- Jueves 16 de junio. Auditorio de Tenerife: Iberian & Klavier piano dúo y Tak-Nara Percussion Group
- Jueves 23 de junio.Auditorio de Tenerife: Paax Marimba Dúo, e Israel Moreno.
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