Lo expuesto en el párrafo anterior no se añade por alargar la reseña, sino que nos permite encuadrar al artista que tenemos delante, permitiéndonos apreciar mejor el peso que tiene las versiones que incluye este CD. Dicho lo cual, analicemos el repertorio elegido.
Las cuatro primeras pistas del disco son el concierto en do menor para arpa y orquesta, de Henriette Renié. Como a nadie se le escapará, encontrar un nombre de mujer dentro del espacio reservado para los autores ya es una sorpresa, y es que Renié es uno de los grandes nombres dentro del mundo del arpa no solo por su talento como compositora e intérprete, sino además como impulsora de grandes cambios en el instrumento, escritora de un importante método de estudio, además de tener entre sus alumnos al famoso Harpo Marx. Los cuatro movimientos son una sucesión de colores y registros que Ceysson consigue sacar de su Lyon and Healy, pareciéndome especialmente virtuoso el cuarto movimiento, de gran rapidez y en el que el artista muestra gran dominio del sonido, a veces penetrante y otras dulce y delicado.
La siguiente pista es la Fantasía para arpa y orquesta, de Dubois, profesor y amigo de Henriette Renié, que compuso la obra al comprobar las posibilidades del instrumento que había demostrado su alumna. Con menos de quince minutos de duración y un sutil solo de trompa al comienzo, nos muestra una atmósfera diferente, con toques medievales en algún pasaje, siguiendo la línea de Renié para buscar los límites dentro de los recursos del instrumento.
Como no podía ser de otra forma, Gabriel Pierné también utilizó varios recursos de Renié para su Concertstück para arpa y orquesta, obra también de unos quince minutos de duración que recuerda a las dos anteriores por los punteos y arpegios que tan finamente acaricia Ceysson.
Por último el disco se cierra con el Morceau de concert para arpa y orquesta, de Camille Saint-Saëns, el compositor más conocido del disco y representante por antonomasia del posromanticismo francés. Como en otras obras de su catálogo, podemos apreciar los diálogos entre la orquesta y el solista, además de brillantes momentos virtuosísticos. En cuanto a la orquestación ésta es, quizá, la que más exige a al acompañamiento, pudiendo lucirse bajo la batuta de Samuel Jean.
Para terminar quería resaltar, al hilo del párrafo anterior, la buena mano del maestro a la hora de acompañar al solista, haciendo versiones interesantes de las obras pero dejando en todo momento hacer a Ceysson. La orquesta, la Régional Avignon Provence se desenvuelve perfectamente con ese sonido dulce y fluido que requiere la música francesa y que, cómo no, los profesores de la agrupación conocen de sobra.
En definitiva estamos ante un disco muy interesante para todo amante del arpa, un instrumento poco común pero que como demuestra Emmanuel Ceysson tiene un repertorio rico y variado que, favorecido por el buen hacer del solista, cautivará a cualquier melómano en esta excelente grabación que Naïve ha publicado este año.
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