Doce Notas

Cantate Domino: la apertura en camino

cdsdvds  Cantate Domino: la apertura en caminoHe de reconocer cual fue mi curiosidad al tener la noticia entre mis manos el pasado Septiembre: la Capilla Sixtina, el coro más antiguo del mundo, había desbloqueado sus puertas para sacar a la luz por primera vez una grabación desde la icónica sala. Cierto es que no me podía creer lo que estaba leyendo: no es muy lógico que estos signos de modernidad se vean hasta estos extremos. Pero que no es de extrañar que, con los tiempos que corren de cambios en el seno de la Santa y “hermética” Madre iglesia, la apertura que se está llevando a cabo ha rozado hasta incluso los polvorientos archivos musicales. Tarde o pronto tenía que pasar y, por fin, la realidad es que en mis manos cayó la bendita grabación a la que dedicamos estas líneas.

Hace no menos de un año, el director de la Capilla Musical Pontificia Sixtina, Massimo Palombella, comentó al hilo de la presentación de una grabación con las músicas cantadas por el Coro de la Capilla Musical Pontificia ‘Sixtina’ durante el cónclave del 2013, las primeras palabras del papa Francisco, así como su primera misa, que con ese proyecto se trataba de dar una “buena colocación al patrimonio del pasado y en diálogo con la modernidad para evangelizar la cultura de hoy”. Si analizamos sus palabras, se sentía obligado por su función dentro de la institución de profundizar en el repertorio, buscar y entender el mismo como si fuera una meta de evangelización, al estilo de las voces más modernas que a día de hoy piden tantos cambios dentro de la iglesia Cristiana: abrirse al público, no convertirse en un mero objeto para instalar en una vitrina de museo. Quizás en estas palabras entendamos el producto más reciente que el coro de la Capilla Sixtina y Palombella nos han ofrecido, un producto valiente que no es el broche final de un proyecto sino un gran mirador dentro del quehacer de la institución en comunión con la evangelización a lo largo de su historia. Y es que en este CD es, al fin, la muestra más generosa de un repertorio prohibido fuera de los muros vaticanos desde que se consagró la propia capilla en 1483.

Este nuevo álbum, titulado Cantate Dominum, ha sido creado con el permiso especial de la Santa Sede e incluye la música creada por diversos compositores a lo largo de la historia en exclusiva para el Coro de la Capilla Sixtina, el lugar y sus ritos ancestrales, por lo que nos encontramos con algunas obras que nunca habían sido grabadas o por lo menos escuchadas fuera de tan tremendo lugar; el repertorio cubre desde obras en Canto llano hasta polifonías renacentistas de unos poco autores más que conocidos. Los elegidos en esta ocasión han sido Felice Anerio, Orlando di Lassus, Tomás Luis de Victoria y Palestrina, cuatro padres de la polifonía, padres de normativas que movieron los dogmas compositivos y grandes estimuladores de la cristiandad musical; Vamos, que sin ellos no se entiende muchas veces la historia de la música al respecto de la evangelización en el XVI y XVII de nuestra era por lo que no es una primicia que sus composiciones aparezcan en este, esperemos, CD y proyecto con continuidad a lo largo de estos años.

Lo que resulta en cierta medida gratificante al tener ante tus ojos las pistas del CD, es observar que tienes la oportunidad de escuchar en esta ocasión dos obras que son primicia mundial en las grabaciones de este repertorio. Por un lado, el Nunc dimittis atribuido a Palestrina, obra que se sigue utilizando durante las celebraciones papales pero que nunca salió del Vaticano en ningún tipo de formato auditivo. El escoger a Giovanni Pierluigi di Palestrina en este proyecto como uno de los principales autores es sin duda por su asociación personal con la capilla Sixtina y por ser el gran representante de la literatura musical renacentista.

Por otro lado, creo yo mucho más interesante por el hermetismo de la obra en la historia, la versión original del llamado Miserere de Gregorio Allegri, no en la archiconocida sino tal y como la encargó el Papa Urbano VIII para los maitines del Miércoles y Viernes Santo, allá para 1638, y que se encuentra en el Códice Sixtino de 1661. Es de todos conocida la historia de este Papa que prohibió durante su mandato la transcripción e interpretación de la obra fuera de los muros vaticanos bajo pena de excomunión, cosa que no sirvió de mucho cuando siglo y medio después un espabilado chaval con doce añitos transcribió la obra solo escuchándola dos veces; sea verdad o mentira, simple leyenda, de que Mozart lograra memorizar la partitura en 1769, la versión que se nos ofrece dista de la que estamos acostumbrados a escuchar, pero la Deutsche Grammophon nos brinda una nueva sensación acústica y es que la grabación intenta reproducir la disposición espacial original de las voces, con el cuarteto solista cantando desde la sala adyacente a la Capilla Sixtina, la conocida Sala Regia.

Todas las piezas que están presentes en este proyecto además siguen la línea del año litúrgico de la iglesia católica, por lo que nos encontramos obras que van desde el Adviento – periodo que precede a la Navidad- hasta la fiesta de San Pedro y San Pablo el 29 de Junio . Quizás nos preguntemos si estas obras a día de hoy están en desuso, ya que tras el Concilio Vaticano II (19362-1965) se incluyeron una serie de dogmas que provocaron que este repertorio se convirtiera en inútil: el pueblo comenzó a participar más del canto, se comenzaron a usar nuevos géneros modernos y rítmicos acordes con los tiempos o se utilizaron las lenguas vivas, con lo que el latín dejó de utilizarse al igual que la interpretación vocal al uso en la Edad Media y Renacimiento. El hecho es que toda esta música es aún utilizada regularmente en la Capilla Sixtina cuando hay celebraciones papales. Lo que el Concilio Vaticano II reformó fueron ocasiones específicas y mantuvo lo genuino y espiritual de este tipo de repertorio oculto de manera nostálgica intramuros.

Sin duda, ante nosotros tenemos un pedazo de la historia litúrgica que dialoga con los tiempos modernos, una inteligente propuesta que representa un proceso de apertura en muchos sentidos y que esta vez nos ha tocado de lleno en la cultura. Esperemos que este camino no tenga fin, porque quedan muchos tesoros por desenterrar dentro de esos archivos.

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