Doce Notas

Tomas Cotik, por fin Solo

cdsdvds  Tomas Cotik, por fin SoloTomas Cotik (violinista, concertista, solista, músico de cámara y profesor argentino) cuenta ya con una dilatada trayectoria profesional y discográfica, en la que ha recibido numerosos premios y excelentes críticas por sus trabajos con el pianista Tao Lin y el Delray String Quartet, entre otros. Además de colaborar con renombrados músicos y orquestas de todo el mundo, ha trabajado con directores de la talla de Valery Gergiev, Roberto Abbado o Michael Tilson Thomas. Lo único que faltaba en su currículum era Solo, su proyecto en solitario editado por el sello discográfico Centaur.

Desde los primeros minutos se puede apreciar el toque sofisticado de Cotik y su inmensa capacidad para moverse entre estilos. Las seis piezas para violín solo que integran este CD plantean un recorrido temporal desde las fantasías barrocas, de Telemann hasta el tango del siglo XX de Piazzolla, pasando por el refinamiento romántico de Schubert.

Las Fantasías para violín solo en si bemol mayor, si menor y re mayor, de Georg Philipp Telemann, uno de los compositores más prolíficos de su generación, abren este disco. Se trata de tres pequeñas y sencillas piezas en las que Cotik imprime unos matices sutiles y un sonido ligero y fluido haciendo uso de un arco barroco (sobre un violín moderno) lo que, sin lugar a dudas, permite una interpretación más natural, aunque también inusual.

Cotik también hace uso del arco barroco en la Sonata para violín n. 3 en do mayor, BWV 1005 de Johann Sebastian Bach. Esta sonata sigue la estructura de la Sonata da Chiesa en cuatro movimientos (lento-rápido-lento-rápido), habitualmente empleada como acompañamiento del servicio religioso. Aquí, demuestra su virtuosismo y delicadeza a través del entramado de arpegios, acordes y saltos melódicos que hacen creer que realmente existe un diálogo entre dos voces.

El tercer corte deja atrás el barroco para adentrarse en las poco conocidas Ländler D.370, D.374, D.355 y D.640, de Franz Schubert, danzas folclóricas que Cotik descubrió mientras investigaba para la grabación de las obras completas del compositor austríaco para violín y piano. Como en trabajos anteriores, el violinista argentino se acerca, con mucho acierto, a la interpretación histórica o, al menos, inspirada en la práctica del momento en que se compusieron, buscando, como en las piezas de estilo barroco, un sonido más natural y espontáneo.

El Tango Étude n.1-6, de Astor Piazzolla, originalmente compuesto para flauta sola, deja salir la gracia de Tomas Cotik. Siguiendo las indicaciones expresas de la partitura de Piazzolla, el solista tiene que exagerar los acentos y la respiración de forma que imite las peculiaridades de un bandoneón cualquiera que toca un tango rioplatense. Junto a una ejecución magistral y una pasión desbordante, el violín destaca por sí mismo al imprimirle un carácter juguetón, desafiante e intrigante a estas seis piezas.

Sin duda Solo se trata de un disco redondo, con el sello personal de un violinista excelente que ha tardado en presentarse en solitario, y que recoge una forma rigurosa, natural y fuera de lo común de entender, acercarse e interpretar la música. La espera ha merecido la pena.

www.tomascotik.com

por Anahí Quirós

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