Sergéi Prokofiev escribió Pedro y el lobo en 1936 y no fue ni su primera ni su última creación para niños ya que, desde muy joven, este compositor ruso se interesó por hacer de la música una disciplina atractiva para los más pequeños. Esta obra en concreto fue un encargo de Natalya Sats, la entonces directora del Teatro Infantil Central de Moscú, una institución que también trataba de romper con la costumbre de que la música clásica estuviese enfocada sólo a los adultos.
Se trata de un cuento sinfónico pensado para narrador y orquesta, cuyo fin es ofrecer a los niños una herramienta útil y entretenida para conocer los instrumentos, de tal forma que el sonido de cada instrumento se identifica con un personaje. Gracias a eso, los niños se acercan a la música clásica a través del cuento, abriendo sus oídos a nuevos timbres y sensaciones.
En este montaje, tanto la idea original como la escenografía y el vestuario han corrido a cargo de Isabel López. Los músicos y los actores se unen en una misma persona para dar vida a los personajes: así Jordi Hidalgo dará vida a Pedro y tocará el violín; Roberto Sánchez interpreta al lobo y tocará la trompa; Borja Ocaña será el abuelo y el fagot; Laura Dudley, el pájaro y la flauta; Valle González, el pato que tocará el oboe, Javier Povedano, gato y clarinete; Borja Mariño hará de maestro mientras toca el piano, y Milena Milyutenko será la narradora de la historia.
Más conciertos en familia
Además de Pedro y el lobo tocan en la orquesta, y dentro del ciclo Ibercaja de Música, los Teatros del Canal ofrecerán otros dos conciertos dirigidos a las familias los días 31 de enero y 25 de abril, en los que padres e hijos podrán disfrutar de música de películas significativas del siglo XX o del espectáculo Timbarimba, respectivamente.