
Yann Tiersen © Katherine Rose
Yann Tiersen uno de los músicos más respetados de su generación, saltó a la fama internacional en 2001 al filmar la banda sonora del filme Amélie. Sin embargo, su carrera es mucho más que eso, antes y después de esa fecha.
Él mismo se desmarca en sus declaraciones del calificativo de compositor de música para películas. Según sus propias palabras, «no soy un compositor y tampoco tengo un pasado en la música clásica», y su biografía lo ratifica desde edad temprana, pues tras estudiar violín y piano desde los 6 a los 14 años, e incluso tantear la posibilidad de ser director de orquesta, se rebeló contra eso e inspirándose en Joy Division y The Stooges cogió la guitarra eléctrica y se adentró en el post-punk durante la segunda mitad de los 80.
Fue el primer paso intrépido de una trayectoria que se ha ido alimentando y abrillantando a golpe de extravagancias melancólicas y que ha sabido destilar en una misma botella influencias de lo más variopinto, de la música callejera a la vanguardia, del minimalismo al rock, del vals a la chanson. Al margen de tres bandas sonoras, la citada de Amélie, más las de Goodbye Lenin! (2003) y Tabarly (2008), y de tres álbumes en directo, el último de ellos On Tour (2006), su discografía, inaugurada en 1995 con La Valse des monstres, cuenta ya con siete títulos.
El octavo, “Infinity”, eje central de su concierto, publicado este mayo y registrado en Islandia. Producido por el propio Tiersen, y mezclado junto a Gareth Jones y Daniel Miller, incluye temas cantados en bretón, feroés e islandés.