Doce Notas

Aromas franceses

Esta tres obras universales son, cada una a su modo, grandes momentos de la historia de la música y condensan lo más característico de la aportación francesa, como lo atestigua su popularidad.

La Mer, “Trois esquisses symphoniques”, de Debussy es una obra faro del sinfonismo francés y una de las más importantes de toda la literatura orquestal. De hecho, esta obra se convirtió en la razón de que la música de su autor pasara a denominarse “impresionista”. Compuesta entre 1903 y 1905, los nombres de cada uno de los tres bocetos del subtítulo dieron casi tanto que hablar como la propia música: “”De l’aube à midi sur la mer” (Del alba al mediodía sobre el mar), “Jeux de vagues” (Juego de olas) y “Dialogue du vent et de la mer” (Diálogo del viento y el mar).

La Mer fue la última obra que Debussy vio publicada, también fue una de las primeras ocasiones que el compositor tuvo de dirigir a una orquesta. Ello parece casi zanjar la autoridad de una edición auténtica de la partitura. No obstante, el editor de esta edición de Bärenreiter, Douglas Woodfull-Harris, ha encontrado motivos para dedicar una severa investigación entre al menos cuatro fuentes que contienen anotaciones del propio compositor. El resultado es una excelente edición crítica que sirve al músico actual una versión muy cuidada.

La Pavane de Fauré goza de una popularidad que excede la de la obra general del compositor. Y, curiosamente, eso es así desde su mismo estreno. Esta breve pieza nació en 1887, supuestamente como modesto fruto de un periodo en el que Fauré debía desplazarse en tren desde París a la pequeña localidad de Vésinet, donde había alquilado una casa para pasar el otoño con su familia, con una molesta frecuencia. En una carta a su amigo Jean-Michel Nectoux, Fauré comenta: “Todo lo nuevo que he podido componer en esta existencia de vagón de tren es una Pavana aseada se lo juro, pero no especialmente importante.” El éxito alcanzado contradijo la modestia del autor que, por otra parte, ya tenía prevista una versión para coro que también alcanzó popularidad. También se convirtió en un ballet que Diaghilev, cansado de esperar una música original, adaptó para su compañía con los títulos de “Las Meninas” y luego “Jardins d’Aranjuez”. Actualmente, esta célebre Pavana se puede escuchar en publicidad de coches o perfumes, fondos musicales diversos y, sobre todo, sin que muchos sepan quién es el autor. La actual edición crítica de la primera versión, la de orquesta, corre a cargo de Robin Tait.

Los 3 Morceaux en forme de Poire, de Satie, están datados en 1903 pero, con bastante seguridad, el autor aprovechó piezas de su armario particular provenientes de su experiencia como pianista en los cabarets de Montmartre. Su célebre título (3 Piezas en forma de pera) se inscribe en la antología del espíritu burlón que anticiparía el humor del dadaísmo y otras figuras de la vanguardia parisina. En efecto, las 3 piezas no son 3 ni tienen forma alguna. Están escritas para piano a cuatro manos y constituyen una de las obras más celebradas por esta modalidad casi en desuso a lo largo del siglo XX. La edición crítica de Jens Rosteck se basa en la primera edición de 1911 y las correcciones de la edición autógrafa del autor de 1903. Se incluye en esta edición de Bärenreiter unas notas de práctica interpretativa (en inglés y alemán) que tienen especial interés, por ejemplo, en la dilucidación de los tempi de cada una de las siete piezas, un glosario y unos comentarios críticos de notable interés.

 

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