Doce Notas

Cambio de Planes

No hace falta que aclaremos a qué cambios de planes se refiere este artículo. La educación general y la musical, en particular, se han visto afectadas por los costantes cambios de planes de estudios impuestos por las diferentes legislaturas. Publicado el pasado 6 de marzo,  su autor nos ha propuesto publicarlo también en ‘nuestro blog’ como una contribución más al debate que se está gestando en estos momentos sobre la enseñanza superior de la música en los conservatorios.

Cambio de Planes

El plan de estudios superiores de música ha estado, en estos últimos años, en boca del alumnado canario. Desde la primera promoción regulada por la LOGSE a la última en el marco de la LOE, el alumnado ha manifestado su opinión sobre la excesiva carga teórica que impide dedicar al instrumento la práctica diaria necesaria para formarse como intérprete. No es un capricho contrario al necesario equilibrio de conocimientos conceptuales o al desarrollo de las destrezas técnicas y la comprensión de los aspectos estéticos: el alumnado que estudia un ciclo superior busca, por regla general, una formación de excelencia.

Los/as estudiantes de Grado Superior de Música por la rama de interpretación son conscientes de que en ese ciclo formativo deben dedicar varias horas diarias a una práctica instrumental muy organizada y al estudio formal de las obras que deben interpretar. Y todos/as saben lo complicado que es casar la gran carga de asignaturas teóricas con la necesaria práctica instrumental de este nivel. Hace tiempo que reclaman menos carga lectiva teórica para dedicar más tiempo a lo más importante desde el punto de vista interpretativo: la práctica tanto individual como de la música de conjunto, lo reclaman porque saben bien que ese es el camino. Pero ésta no es, en exclusiva, una reivindicación del alumnado… El profesorado de la asignatura instrumental suele quejarse del bajo rendimiento de sus alumnos/as con el instrumento por la necesaria dedicación a otras muchas asignaturas teóricas. Este descontento se proyecta al estudiante y el reproche no hace más que empeorar la situación del alumnado (presionado) dentro de un sistema que sale también tocado.

Siempre que surge este debate se observa una misma respuesta, contundente y apresurada, desde los equipos encargados del diseño de los planes de estudios (y de sus posteriores «ajustes»). El argumento con el que se intenta defender la carga de las asignaturas teóricas (incluidas en materias de formación básica y en obligatorias de la especialidad) se fundamenta en el bajo nivel de formación previa del alumnado y en la poca importancia que estos contenidos tuvieron en planes ya extintos como el Plan del 66 (que curiosamente es el plan de estudios cursado por gran parte del profesorado). Y, sin embargo, se presiente que la explicación al elevado número de asignaturas teóricas está más relacionada con la necesidad de sostener un sistema sobrecargado de docentes si lo comparamos con el número de estudiantes; asimismo, los cambios constantes en el plan de estudios, curso tras curso, no ayudan despejar las dudas sobre este supuesto; ni ayuda la poca flexibilidad en relación con las asignaturas de libre elección o la falta de convenios con otros centros superiores a nivel nacional; de hecho: algún itinerario formativo resulta atípico a otras administraciones nacionales a la hora de convalidar (situación que quizá  podría mejorar con la regulación de las enseñanzas superiores de música, por Decreto, en esta Comunidad Autónoma).

Cada vez son más los alumnos/as que buscan en otros centros, fuera de nuestra Comunidad, alternativas a sus intereses de formación superior. Por el otro lado, se busca al estudiante que cubra las plazas que ha dejado vacante este perfil de alumnado que ha decidido buscar fuera de Canarias una formación más acorde con sus aspiraciones. Un número importante de estudiantes se va fuera de Canarias y, como es lógico, la demanda de estos estudios en nuestra Comunidad es menor.

En estos tiempos que corren, muchos estudiantes de música buscan obtener una titulación superior con la esperanza de poder abrir un mayor número de puertas laborales en un futuro, por lo tanto, es fácil deducir que habrá un buen número de candidatos/as dispuestos/as a una nueva aventura formativa musical de 4 o 5 años más (la posibilidad de recibir una beca también ayuda). Para algunos/as, incluso, puede ser una alternativa a los estudios del Grado Profesional de Música (el ciclo formativo anterior al Grado Superior) porque no es necesario (a nivel administrativo) acabar un ciclo para empezar en el otro; pero, entendemos que si los objetivos y contenidos del Grado Profesional no se han superado, estos deberán sumarse a los contenidos del Grado Superior… En este punto se podría estar difuminando la línea que divide las competencias establecidas, en cada ciclo, en relación con los contenidos; por lo tanto, es una situación que afecta en un sentido administrativo o laboral; aunque, sinceramente, no estamos tan preocupados por este aspecto…
Sobre todo nos interesa fijarnos, por ejemplo, en aquel estudiante que, sin estar suficientemente preparado para acceder a la formación superior, deberá enfrentarse a una enseñanza de excelencia junto a otros/as estudiantes que sí lo están. Aquí empiezan todo tipo de agravios y conflictos: estudiantes con niveles diferenciados en las pruebas de acceso y alumnos/as con distintos niveles juntos en una misma agrupación de la materia de música de conjunto; aspirantes a intérpretes, que, presionados por las exigencias de sus docentes, sufrirán lesiones de tipo óseo-muscular (conflictos entre profesores y estudiantes); planificación de estudios adaptada al nuevo perfil de estudiante que no ha culminado ciclos previos y centrada en las horas lectivas presenciales (que deberán cursar también aquellos/as estudiantes que sí vienen del Grado Profesional);  alumnado desanimado que está deseando terminar el Grado Superior para dejar el instrumento a un lado y olvidarlo para siempre; alumnos que no podrán llegar al nivel esperado en el Grado Superior y agotarán las convocatorias: en este punto hay que recordar que la segunda matrícula costará el doble; la tercera, el doble de la segunda; la cuarta… pocos pagarán 113,70 Euros por 1 crédito (son 60 créditos por cada curso). Opinamos que no tiene sentido que se pague más dinero en un Grado Superior por una enseñanza que corresponde al Grado Profesional.

A la vista de los resultados, será necesario replantearse la función de un conservatorio superior que no podrá cumplir con la misión que tiene encomendada mientras no esté integrado en un sistema educativo que deberá establecer sus posibilidades. Posibilidades hay tantas como gustos o caprichos, sin embargo la enseñanza artística también requiere de proyectos coherentes. Todas las estrategias para mejorar este proyecto deberán poner el foco en el compromiso nacional (y europeo) con la educación superior, así como en el desarrollo de proyectos más certeros (no tan experimentales), apoyados en normas de rango adecuado; en la equidad y el fomento de una cultura democrática que garantice la participación de toda la comunidad educativa; en el compromiso con el alumnado y sus expectativas de formación y titulación. El objetivo primero es proporcionar a los estudiantes de música una formación dirigida al desarrollo de su capacidad para ejercer como intérprete, compositor, docente, productor musical o cualquier otra actividad profesional vinculada con la música.

Carlos Mompeó,

Jueves 6 de marzo 2014

www.tallerbajo-mompy.blogspot.com.es

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