Doce Notas

Carta del Director del Conservatorio Superior de Málaga

Primero. Es absolutamente falso que el sujeto denunciante del escrito sean, así en plural, unos “representantes de alumnos del Conservatorio Superior de Música de Málaga”. Y la prueba irrefutable de esto es que los auténticos representantes del sector del alumnado, que no son otros que los que integran el Consejo escolar del centro, se han desmarcado por mayoría aplastante, clara y contundentemente, mediante desmentido público, de cualquier relación con ese escrito, han manifestado su rechazo hacia el contenido del documento y han declarado, literalmente, que dicho texto se ha elaborado “a espaldas del Consejo escolar y, por consiguiente, de la voluntad mayoritaria de los alumnos”.

Segundo. Parecería superfluo tener que llamar la atención sobre ello, pero resulta que en la coyuntura actual hay que recordar por enésima vez que los alumnos y alumnas del Consejo escolar del centro son los únicos representantes legales y legítimos de ese sector de la comunidad educativa, que han sido elegidos en las urnas democráticamente por sus compañeros y compañeras, y que el sentido del escrito remitido por unos pocos a los medios de comunicación incurre en una falta muy grave al arrogarse impropiamente una representatividad que en absoluto tiene.

Tercero. A más de hurtar indebidamente la titularidad en la representación, el escrito remitido a los medios declara en sus formas una voluntad encubierta de dañar, vejar o destruir. En ningún momento se habla de que, frente al surgimiento de alguna controversia o conflicto en el centro, hayan los denunciantes recurrido a las vías reglamentarias para la recepción, tratamiento y resolución de tales casos. En ningún caso se habla de agotamiento de los procedimientos normativos que las leyes establecen. En ninguna línea se señala falta de diligencia de los responsables del centro a la hora de atajar cualquier situación irregular a la que haya habido que hacer frente durante este curso académico. ¿Qué hay que pensar, pues, de los que, reconociendo con su silencio el haber preterido recursos, órganos y procederes, recurren como primera y única instancia de actuación al dudoso expediente de una bomba de relojería mediática, cuya fabricación, ubicación y sincronización han sido calculadas al detalle (hasta un extremo que no vamos a entrar a precisar en estas líneas) para provocar un efecto devastador en la imagen de las personas y los colectivos?

Cuarto. Por último, como responsable del CSM Málaga, no puedo sino volver a señalar la abrumadora injusticia que implica una generalización como la que arroja el escrito mencionado, inaceptable para el elevadísimo porcentaje de profesores y profesoras que cumplen cabalmente con su trabajo diario. La injusticia que supone obviar la diligencia en las actuaciones en cuanto cualquier hecho censurable es comunicado, conocido y contrastado, la activación plena de los órganos de gobierno del conservatorio (y singularmente del Consejo Escolar, en el que están representados todos los sectores de la comunidad educativa), y la disponibilidad absoluta del equipo directivo en pleno como interlocutores constantes con los distintos colectivos del centro. Por eso me resulta muy difícil contener la indignación ante un documento cuyas credenciales no parecen ser otras que la suplantación, la incoherencia y la irresponsabilidad, así como un sesgo malicioso en la selección, transferencia y sincronía de la información. Un documento cuyos ocultos artífices, muy al contrario de lo que impropiamente pretenden, están muy lejos de representar nada ni a nadie.

FRANCISCO MARTÍNEZ GONZÁLEZ
Director del CSM Málaga

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