
Lionel Tertis y su viola
Sufrió varias modificaciones pero la que podemos considerar la viola actual es gracias a Andrea Amati y algunos otros luthieres del entorno de Cremona y Brescia. Desde el siglo XVI podemos concluir que sus variaciones y modificaciones han sido mínimas, es decir, aunque parezca un contrasentido la viola moderna tiene ya cinco siglos de antigüedad.
Simplificando mucho se podría decir que la mayor diferencia entre el violín y la viola está en la supresión de una cuerda aguda afinada en MI para añadir una cuerda grave afinada en DO. Ello comporta lógicamente un incremento del volumen de la caja y de las proporciones generales de todo el instrumento para favorecer que las notas graves resuenen en sus mayores capacidades.
El violín y la viola han tomado caminos cada vez más divergentes. La diferenciación de registros y el rol que han ido adquiriendo por separado han ido in crescendo desde el siglo XVIII, algunos durante el XIX y han culminado sobre todo durante el siglo XX cuando varios compositores le han dado pleno protagonismo a base de priorizar conciertos y piezas varias de cámara para viola solista, especialmente Hindemith, Bartok, Walton, Elgar, Bloch, Martinu, Milhaud, Schinttke, Penderecki, o Shostakovich con la extraordinaria sonata para viola.
Viola moderna de Roberto Collini
A diferencia del violín y del violonchelo que están bastante normalizados en sus medidas esenciales –que no estilísticas– con pocas variaciones en la tolerancia, la viola es un mundo aparte. La longitud de caja para una viola de adulto puede variar desde las más pequeñas sobre los 38-39 cm. hasta las violas que alcanzan los 42 cm. o incluso más, como algunas violas tenores que alcanzan los 52 cm. No obstante las que están entre 40,5 y 41,5 son las más ampliamente aceptadas.
Históricamente se ha pretendido que la viola asumiera un registro sonoro bien diferenciado del violín y del violonchelo pero no siempre se ha conseguido. Muchas violas del XVI y XVII y algunas de principios del XVIII se construyeron muy grandes –43, 44 cm. de caja– para que cumpliera su cometido sonoro, pero durante la segunda mitad del XVIII y sobre todo durante el XIX fueron recortadas sin miramientos para adaptarlas a las necesidades del momento. Ahora, con la perspectiva de los años, lo consideramos una autentica salvajada.(algunos violoncelos de formato grande también fueron recortados por las mismas razones).
Por tamaño de caja la viola da spalla y la viola tenor son quizá las que mejor resonancia y mayor profundidad proporcionan a medio camino del violín y violonchelo. No obstante la técnica de tocarlas limita mucho a los intérpretes que han aprendido a tocar la viola de brazo.
Aparte de las ya mencionadas violas cremonesas y brescianas de forma más tradicional ha habido varias tentativas de aportar soluciones que nunca han llegado a ser definitivas.
Las violas de tamaño inferior a los 39 cm. suelen tener insuficiente resonancia en las notas graves y las de tamaño superior a los 42 cm. suelen ser poco confortables y poco prácticas para una ejecución placentera, así que durante los últimos 300 años los luthieres no han parado de experimentar buscando soluciones.
De las muchas aportaciones, experimentales o definitivas, podemos destacar a:
-La viola pomposa, cuya aparición se atribuye a las demandas de J.S. Bach, probablemente construida por Johann Christian Hoffmann sobre el año 1724
-La viola tenor Medicea, de Antonio Stradivari, que tiene 48 cm. de caja
-La viola contralto de Jean Baptiste Vuillaume, construida en el año 1855, de anchura desmesurada.
-Las violas alta y tenor de Hermann Ritter, en 1875 de entre 48 y 54 cm. o incluso una de 72 cm.
-La violetta de Alfred Stelzner en 1893 y de unos 41 cms de caja.
Viola tenor de Parramon
–Jacinto Pinto en la casa Parramon construyó numerosas violas tenor, de 50 cms de caja, que se tocaba con una larga pica y técnica de violonchelo. Sus principales avaladores fueron Pau Casals y Galvez Bellido.
–Lionel Tertis con una viola de casi 44 cms, de proporciones diferentes a las habituales, con más anchura en el centro y más redondeada en el tercio superior de la caja. William Primrose fue uno de los que la popularizaron sobre el año 1950.
–Otto Erdesz en Toronto (Canada) construyó varias violas con un cut away inusual en la familia de las violas y violines.
–Francisco Manuel Fleta en Barcelona también construyó violas con el cut away, a mediados del siglo XX.
Todas ellas no han pasado de ser minoritarias o experimentales, pues la mayoría de músicos prefieren el formato más habitual como los diferentes modelos que se hicieron en los talleres de Stradivari o Amati.