Doce Notas

Ímpetus Madrid Baroque Ensemble en un cd de rodaje

cdsdvds  Ímpetus Madrid Baroque Ensemble en un cd de rodajeEl nacimiento de un nuevo sello siempre es una noticia sobre la que hay que mostrar alegría. Y si además es un sello español y centrado en la música barroca, el regocijo, en nuestro caso, será mucho mayor. Este es el caso que nos ocupa en estas líneas, pues el registro discográfico que presentamos, tiene la doble función de presentar al conjunto Ímpetus Madrid Baroque Ensemble, así como al sello que albergará sus grabaciones, CMY Baroque.

Grabado en directo en la Fundación Carlos de Amberes, durante un concierto en julio de 2012, presenta versiones de varias de las obras más reconocidas del panorama barroco a lo largo de la historia. Desfilan por él la Ritirata, extraída de su Musica notturna delle strade di Madrid, de Luigi Boccherini (1743-1805) –homenaje a la ciudad que es sed del conjunto, supongo–, para continuar con el Air de la Orchestersuite. III, de Johann Sebastian Bach (1685-1750).

El bloque central lo constituyen sendos conciertos para instrumento solista. El primero en llegar es el Concerto per violino Op. III, nº. 9, en Re mayor, de Antonio Vivaldi (1768-1741), perteneciente a su L’Estro Armonico. Acto seguido llega el Concerto per clavicembalo en Fa menor, BWV 1056, de Johann Sebastian Bach.

Un tercer bloque de breves piezas comienza con el Canon, del Canon und Gigue, en Re menor, compuesto por Johann Pachelbel (1653-1706), al que siguen dos arias operísticas: Da tempeste il legno infranto, extraída de Giulio Cesare (HWV 17) ópera compuesta por Georg Friedrich Händel (1685-1759); y Agitata da due venti, perteneciente a la ópera de Vivaldi La Griselda (RV 718).

Poco o nada puede decirse a estas alturas de la partitura de las piezas aquí registradas. Los autores están, salvo quizá Boccherini y Pachelbel, en el Olimpo de los grandes maestros de la historia de la música, ya no solo del Barroco, y la calidad de las obras que aquí aparecen está fuera de toda duda. Basta escuchar el segundo movimiento del concerto BWV 1056 o el Air de la suite BWV 1068, o cualquier de las dos arias de ópera, para comprender de lo que hablamos. Como carta de presentación la elección es buena en tanto a que es música que llega a todo tipo de público. Desde el punto de vista de alguien que tiene un conocimiento más profundo del repertorio, la cosa puede cambiar, como así sucede.

Si un conjunto presenta un sello discográfico con un recital en el que se interpretan estas piezas, es porque se ve capaz de ofrecer algo, no ya peor o mejor, pero al menos sí diferente a lo que ya puede encontrar en el mercado discográfico. El clavecinista Yago Mahúgo y Ímpetus Madrid Baroque Ensemble realizan unas lecturas intimistas, en las que el concepto OVPP –One Voice Per Part– es el protagonista. Desde ese punto de vista, el disco aporta un cierto interés. El problema llega desde el punto de vista de la calidad interpretativa. Hay que tener una solvencia técnica y expresiva superlativa para acometer algunas de estas piezas siendo el único integrante de una línea. Aquí se pueden apreciar importantes problemas de afinación en algunos momentos, y las lecturas realmente no aportan prácticamente nada novedoso ni interesante desde el aspecto de vista expresivo y musical. Se juega considerablemente con el contraste, destacando en general un ambiente de tempi calmados durante toda la grabación. Ímpetus parece ser un conjunto de un carácter más bien comedido. El conjunto está formado por Pablo Gutiérrez (violín barroco I), Javier Illán (violín barroco II), Carlos Vizcaíno (viola barroca), Alejandro Marías (violonchelo barroco), Michel Frechina (contrabajo barroco), el propio Yago Mahúgo (clave y dirección) y la participación de la mezzosoprano Angélica Mansilla, que se muestra realmente dotada para la coloratura, aunque su timbre no sea todo lo bello que sus cualidades para el ornamento y la agilidad sugieren. No obstante, los fuegos de artificio parecen hacerle pasar de puntillas sobre la música, cuando en realidad no estamos ante arias puramente pirotécnicas.

Como digo, cabe alegrase por el nacimiento de este sello, pero deseamos que este comienzo sea únicamente una llamada de atención para todos los públicos con el fin de que sea lo más extenso posible, y que a partir de ahora se decanten por aportar al terreno discográfico objetos de un calado más considerable y un contenido más ambicioso que el mero hecho de grabar algunos greatest hits –permítaseme la expresión– del Barroco europeo. Las condiciones en las que se creó el disco dan una idea clara de que el interés inicial no era tal, sino simplemente registrar un concierto privado para neófitos, que posteriormente terminó dando como resultado este primer álbum –aunque quizá no es la mejor manera de que un sello nazca, puesto a reflexionar. El conjunto tiene potencial, cuenta con intérpretes talentosos, pero un disco debe suponer un aporte mucho más allá que todo eso. El cuidado con la presentación y los contenidos debe ser casi tan importante como la propia interpretación. En este punto, el trabajo que le queda por delante a CMY Baroque es arduo, pero confiamos en que consideren que el camino tiene obstáculos, pero solo los que se arriesgan son capaces de saltarlos y seguir adelante con diligencia para llegar al éxito. Nos consta que hay intención y futuras grabaciones que presentan un interés más considerable, así pues, no nos queda más que desearles lo mejor para ese futuro.

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