En el prólogo de su libro La otra historia de los Estados Unidos, recordaba el historiador estadounidense Howard Zinn, en el momento de referirse al relato humano de su propio país, las palabras de Albert Camus en las que afirmaba que en un mundo de conflictos, de verdugos y víctimas, la función del hombre pensante debe ser no estar nunca en el lado de los verdugos.
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