El resultado final no es apto para cualquier oído. Aunque en estas piezas subyace un sentido musical organizado, su escucha requiere del oyente una mente atenta, abierta y motivada, dispuesta a dejarse guiar por el complejo entramado sonoro con el que Lachenmann reta al oyente.
Pression para violonchelo, o Dal niente para clarinete, ejemplifican con claridad su idea de música concreta instrumental.