Cuarteto Bretón © Michal Novak
Esta serie de conciertos, que se inicia el próximo 2 de octubre, a las 20 horas, se enmarca en el proyecto de edición crítica y grabación de los Cuartetos de Conrado del Campo que está llevando a cabo el Cuarteto Bretón.
Tomando como punto de partida el Cuarteto Francés, fundado por el músico madrileño a principios de siglo, la nueva formación residente de Conde Duque se ha propuesto rescatar ese viejo espíritu pionero de las temporadas camerísticas de principios del siglo XX y partirá en su programación del rico patrimonio musical así como de la creación española actual, con la obra de Conrado del Campo como hilo conductor y, por supuesto, con espacio para las grandes obras maestras del género de todos los tiempos.
Esta primera temporada presenta cuatro cuartetos de Conrado del Campo: El nº 1, titulado Oriental, de 1903, inspirado en una estampa marroquí de Fortuny, que se inscribe en la corriente Alhambrista en boga durante esos años, el nº 5, Caprichos Románticos de 1908, uno de los más conocidos por hallarse editado desde 1924 por la UME, inspirado en poemas de Bécquer, el nº 8, de 1913, denso y cromático, que solo recientemente conoció su estreno absoluto, y el nº 12, muy posterior, de 1948, dedicado al Cuarteto Beethoven, protagonistas de su estreno.
El Cuarteto de Usandizaga, de 1905, el único del prematuramente desaparecido compositor vasco; Vistes al mar de Toldrá, más conocido por su popular versión para orquesta, y el extraordinario nº 2 de Guridi, completan la relación de obras del patrimonio histórico español.
No podía faltar en la programación la música de Beethoven, pues Del Campo lo consideraba la cima de la escritura para cuarteto de cuerda, siendo además el Cuarteto Francés el primero en ofrecer la integral de cuartetos de Beethoven en Madrid.
Tres cuartetos del s. XXI, de Eduardo Soutullo, José María Sánchez-Verdú y Juan Alfonso García, respectivamente, ilustrarán la creación española actual en esta primera temporada. Junto a ellos se podrán escuchar obras de autores ya clásicos del siglo XX, como son Shostakovich, Sibelius y Barber, así como una de las compositoras emblemáticas de la música contemporánea, Sofía Gubaidulina. Con el Cuarteto de cuerda nº 2 de la octogenaria compositora rusa, dará comienzo el primer concierto del ciclo el próximo 2 de octubre. Le seguirá el Cuarteto nº 16 en fa mayor Op. 135, de Beethoven y cerrará el programa el Cuarteto nº 8 en mi mayor para instrumentos de arco, de Conrado del Campo.
Cuarteto Francés: C. del Campo, J. Francés, L. Villa y O. González
Sobre el Cuarteto Francés
Existe la creencia generalizada de que el cuarteto de cuerdas, de entre las diversas formas de expresión musical, encarna como pocas la excelencia y refinamiento de este arte, al tiempo que plantea a los compositores las más elevadas exigencias técnicas y de dominio del oficio. España tuvo un temprano acercamiento al género del cuarteto de cuerdas a través tanto de compositores nacionales (Canales, Teixidor, Almeyda, Ordónez, Ataide, Araciel), como de italianos al servicio de las cortes españolas (Boccherini, Brunetti). Tras los magistrales ejemplos de principios del XIX debidos a Arriaga, este siglo prestó poca atención a la música de cámara, pero a comienzos del XX se produce una explosión sin precedentes en torno a este género, al punto de que solo en la primera década del siglo se escribieron más cuartetos de cuerda en España que en todo el XIX.
A ello contribuyeron decisivamente algunas instituciones fundamentales para comprender la cultura española contemporánea como el Ateneo de Madrid, la Sociedad Filarmónica de Madrid o la Residencia de Estudiantes, y, por supuesto, los cuartetos de cuerda que se formaron durante esa efervescencia, como el Francés, el Vela, el AMIS, el Hierro o el Renaixement. De entre ellos fue probablemente el Cuarteto Francés, donde tocaba la viola Conrado del Campo, el que más contribuyó a la difusión de los cuartetos de los compositores españoles en las temporadas estables que ofreció en Madrid, en el Teatro de la Comedia sobre todo, pero también en el Teatro Español, el Salón Romero y otras salas; y en sus frecuentes desplazamientos por toda la geografía nacional.
Conrado del Campo compuso 14 cuartetos de cuerdas y un quinteto para piano y cuarteto, entre otras obras de música de cámara. Esta producción está repartida en dos períodos muy distantes que marcan el inicio y el final de su trayectoria como compositor. Su primer cuarteto es de 1903, el mismo año que se forma el Cuarteto Francés, y a lo largo de la década siguiente escribe otros siete, siendo el nº 8, el último de esta primera serie, del año 1913.