El pasado día 30 de julio, Torroella abría su apartado OFF L’Estartit, le esperan varias sesiones híbridas hasta el 20 de agosto, incluyendo una muy próxima el 6 de agosto con Pep Gimeno “El Botifarra” y los siempre versátiles Spanish Brass Luur Metalls.
Pero antes hay nada menos que cuatro citas principales que el aficionado hará bien en retener. El día 2 llega una de las grandes históricas del piano, Elisabeth Leonskaja, que debuta en el Festival con un programa exigente: la Sonata nº 12, KV 332, de Mozart, la Sonata nº 17, Op. 31 nº 2, “La Tempestad”, y la poco conocida fuera de Rusia Sonata en sol mayor, Op. 37, “Gran Sonata”, de Chaikovski, leída por una de las últimas grandes del piano ruso de la generación heredera de Richter.
El día 3, llega el turno a uno de los momentos más emotivos y esperados del Festival de Torroella, el concierto dedicado a Ernest Lluch. Y viene con un programa tan sugestivo como poco habitual: la obra orquestal de Ferran Sor, sobradamente conocido como guitarrista romántico, y muy poco transitado en su vertiente orquestal. Serán sus intérpretes la Académia 1750. Este colectivo nació en 2006 como Orquesta Barroca del Festival de Torroella y ahora, con su actual denominación, sigue siendo fiel invitado al Festival donde nació. El programa, en esta segunda intervención de la Académia en esta edición, incluye oberturas de óperas y ballets así como las tres primeras sinfonías del maestro barcelonés, además de una primicia: el Concierto para violín y orquesta en sol mayor en lo que va a constituir la recuperación de esta obra en tiempos modernos. El protagonista, además del gran Sor y el llorado Lluch, será el director y solista Pablo Valetti.
El domingo 4, viene la voz incombustible de Ute Lemper, la personificación en nuestros días de ese cabaret alemán que soñó Kurt Weill y dio carne y voz su mujer Lotte Nenya. Lemper, sobradamente conocida desde hace ya no pocos años, se renueva, aunque sin salir de la atmósfera. “El último tango en Berlín” es el titulo de la propuesta que trae melodías tan entrañables como canallas del citado Weill, Edith Piaf, Jacques Brel y Astor Piazzolla. La acompañan Víctor Hugo Villena al bandoneón y Vana Gierig al piano.
Y al día siguiente, el lunes, 5, aparece en la escena del Festival la bien conocida Orquesta de Cámara de Stuttgart, dirigida por su concertino Adrian Iliescu. En sus atriles se pondrán obras siempre bien recibidas de Grieg, Dvorák y Chaikovski. U concierto dedicado a las serenatas para disfrutar de lo que será el debut de los músicos de Stuttgart en el Festival.
Esa semana próxima se cubre con otras dos citas muy clásicas: la Orquesta Barroca de Freiburger, el día 9, y dos cuartetos de cuerda que unen sus fuerzas el día 11. Los primeros se plantan con obras de Vivaldi y J. S. Bach. La parte del león, que es Bach, está dedicada a los conciertos para uno, dos y tres violines. En cuanto al concierto de doble cuarteto, reúne a dos jóvenes formaciones catalanas, el Quartet Qvixote y el Quartet Gerhard, juntos en la aventura de ofrecer el Octeto de cuerda en mi bemol mayor, Op. 20, de Mendelssohn. Se añaden al programa los Cuartetos 1 y 3, de Schumann, interpretados el Qvixote, el primero, y el Gerhard, el tercero.
En suma, buen menú en esta franja central del Festival. Y aún queda mucho.