Doce Notas

Sobre la situación de las Escuelas de Música y Danza ante la crisis

Evidentemente ningún sector de nuestra sociedad es ajeno a la crisis económica y, aún teniendo comprensión por la política de contención del gasto público, creo que dejar de apoyar la labor educativa y social que las Escuelas desarrollan no solamente es un grave error sino que nos hace retroceder, en cuanto a políticas educativas y sociales se refiere, respecto a nuestros admirados vecinos europeos.

Para el desconocedor de la labor que desempeñan las Escuelas de Música y Danza me permito reproducir parte del contenido de la Orden Ministerial del 30 de julio de 1992, reguladora de la creación y funcionamiento de las mismas :

«En lo que se refiere a las Escuelas de Música y Danza, nuestro entorno europeo aporta suficientes pruebas de su difusión e importancia y de la valiosa función social, formativa y cultural que pueden llegar a cumplir. […] A través de la enseñanza de la música o la danza, de la práctica gozosa de estas disciplinas, se busca la formación integral de la persona en sí misma y en su relación con los demás, potenciando la dimensión comunicativa de estos estudios, que van más allá de la mera adquisición de habilidades técnicas. De este modo, las Escuelas se configuran como Centros formativos y de difusión cultural, como origen de agrupaciones aficionadas y cantera de futuros profesionales, sin que en estos objetivos se agoten las finalidades de un modelo que se concibe abierto y vivo.»

Creo que contemplar impasibles como Escuelas se ven obligadas a desaparecer o a carecer de las condiciones mínimas que posibilitan el desarrollo con garantías de su labor SÍ es recortar en EDUCACIÓN y un retroceso en la INTEGRACIÓN SOCIAL de nuestra JUVENTUD. NOSOTROS SÍ SOMOS ALTERNATIVA AL BOTELLÓN.

Judyth Borrás, maestra en las E.M.M. de Villacañas y Aranjuez.

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