Las decisiones de Orff eran casi tan arriesgadas como las de un compositor de vanguardia, sin serlo. Por ejemplo, su eleccion radical de un recitado extremo, a veces sobre una sola nota, junto con alguna vocalización melismática y parlatos. La orquesta, que apenas puntúa el canto, sufre amputaciones en cuerda, clarinetes o trompas. En estas dos tragedias, además, Orff utiliza las célebres versiones de Hölderlin. El resultado tiene interés para quien paladee el idioma alemán. Pero, para el resto es tan duro que Moses und Aron, de Schoenberg casi parece La verbena de la Paloma.
Orff y los Mitos: Antigonae y Oedipus Der Tyrann
