La popularidad alcanzada por dicho instrumento, probablemente a consecuencia de la facilidad de su manejo, se vio traducida en una gran cantidad de producciones. Pero no todos aquellos aficionados que se proponían tocar el instrumento eran capaces de leer una partitura o descifrar una tablatura. Para solucionar este problema se ideó un sistema de notación que consistía en asociar un determinado acorde (acompañado en ocasiones de números y/o signos) a una letra del alfabeto. No está claro a quien debemos la invención de tan ingeniosa utilidad. Algunos apuntan al italiano Girolamo Montesardo –autor de la colección Nuova Inventione d’intavolatura per sonare li Balletti sopra la Chitarra Spagnuola, senza numeri e note– y otros al catalán Joan Carles Amat –autor del tratado Guitarra española y vandola, en dos maneras de guitarra castellana y catalana de cinco órdenes, la cual enseña de templar y tañer rasgado todos los puntos naturales y b mollados con estilo maravilloso–. Quien quiera que fuese su verdadero creador, el alfabeto propició la enorme expansión del repertorio para guitarra, tanto solista como acompañante.
La presente grabación nos muestra una antología del inmenso repertorio del primer barroco italiano que contiene explícitamente a la guitarra como principal instrumento en las dos facetas antes mencionadas: solista y acompañante. Todas ellas bajo el denominador común de tener al alfabeto como notación. Piezas generalmente estróficas como Canzonette, Arie o Villanelle de autores como Giovanni Stefani o Girolamo Montesardo, entre otros. Música sencilla y afable que unida a la particular lectura que de ellas hace Pierre Pitzl da como resultado una experiencia delicada y amena. Pero por sorprendente que parezca no es la guitarra la gran protagonista en este disco, sino la maravillosa voz y la enérgica interpretación de la soprano Raquel Andueza. Ya hemos comentado las peculiaridades de la voz de esta inagotable soprano. En esta ocasión destacaremos la frescura y vitalidad que otorga a este repertorio no dejando nunca de sorprendernos. La acompaña en tres de las piezas la soprano Theresa Dlouhy, y son los encargados de realizar el continuo los integrantes del grupo Private Musicke con los que empasta a la perfección.
En general, el repertorio seleccionado es de destacar, pero sobresalen especialmente Amante Felice de Giovanni Stefani con la que comienza el disco, Anima dove sei de Girolamo Montesardo, y Quando Io volsi de Tarquinio Merula que, dentro de la rigidez de los esquemas circulares y cerrados, contienen una esencia especial que en la voz de Raquel Andueza se convierte en espectaculares.