Doce Notas

Sorprendente Vivaldi, por quinta vez

cdsdvds  Sorprendente Vivaldi, por quinta vezPlantearse la figura de Vivaldi desde el punto de vista de la interpretación puede llegar a convertirse en un mar de dudas ya que si echamos mano de las miles de versiones que pululan por las estanterías de tiendas especializadas incluso nos podemos encontrar con algunas versiones pop que, aunque pueden llegar a ser muy originales e incluso sorprendentes, nada tienen que ver con la materia original. Otras, por estúpidas, se llevan la palma de Oro y desgraciadamente han hecho añicos repertorio más conocido de Il Prete Rosso al ponerles bombo, platillo y demás barbaridades del que todos sabemos que soltaba la melena para hacer que dirigía; lo que duele de verdad es coger alguna firma de discográfica, director o formación seria que más le valiera no haber sido pasada a estudio por sus incongruencias de estilo y la poca responsabilidad profesional.

Por suerte, a principios de los 90 se planteó la posibilidad de desempolvar los manuscritos de la figura más carismática del Barroco italiano y tratar su obra  desde un punto de vista riguroso. Fue en este momento cuando el musicólogo italiano Alberto Masso aprovechó la moda de la recuperación histórica para darle una vuelta más al repertorio del tan conocido compositor y sacar a la luz verdaderas joyas casi perdidas en el tiempo junto a la nueva visión de los top vivaldianos.

Siguiendo con los volúmenes dedicados a los conciertos para violín desde el  I “La caccia” hasta “L´imperatore” como el IV, en esta ocasión con el vol. V del sello francés Naïve, antiguo Opus 111, nos encaminamos a un viaje en la relación existente entre Johann Georg Pisendel (1687-1755) y Vivaldi. Dentro del disco nos encontramos con los conciertos para violín que éste solista de la corte de Dresde copió para ser interpretados por la orquesta del futuro príncipe elector de Sajonia Federico Augusto II, e incluso con obras que Vivaldi le dedicó en exclusiva fruto de sus encuentros en los viajes que realizó junto al monarca alemán. Recalcaré que estas obras, aún incluidas dentro del reciente catálogo de Peter Ryom que reemplazó los ya anticuados de Fanna y Pincherle, no tienen sin embargo la catalogación de Opus en su gran mayoría siendo dos de ellos (el Rv 242 y el 379) los únicos que han sido estudiados en profundidad antes de la aparición de esta grabación, e incluso han servido para poder reconstruir materiales que estarían perdidos pero que gracias a la mano de Pisendel se han podido sacar a la luz. Y recalco esto último porque nos parecería que Pisendel, copiando partituras de Vivaldi, se supone que podía haberse hecho famoso, pero no es así afortunadamente.

La interpretación del moscovita Dmtry Sinkovsky junto con la joven formación Il Pomo dÓro es excepcional. Es una visión angulosa, con mucho nervio en los tiempos Allegros y lo contrario, una visión muy lírica y casi teatral en los Largos o Lentos. Cabe destacar el carácter incisivo del violín en ciertas partes solísticas que hacen de la interpretación un espectáculo agresivo pero extremadamente dulce; sólo con escuchar el Allegro final del Rv 212ª “Fatto para la solennitá della santa lingua de San Antonio de Padova”, con el carácter muy marcado de los bajos de la orquesta, las contestaciones casi con legno de Sinkovsky y tras ellas el contraste de  un delicado spiccato, consiguen hacer verdadero espectáculo teatral. Y si no, la bella aportación del Largo del Rv 246 o la cadencia del primer allegro del Rv 177, Barroco en estado puro y dificultad ejecutada con gran belleza. Altamente recomendable.

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