Doce Notas

En recuerdo de María Rosa Oubiña de Castro

notas  En recuerdo de María Rosa Oubiña de Castro

María Rosa Oubiña, Cucucha © Wikimedia Commons

Nacida en Buenos Aires en 1924, fue alumna del Maestro Vicente Scaramuzza y se perfeccionó posteriormente en Europa con Abbey Simon, Nikita Magaloff, Madelaine Lipatti y Hans Graff. Al volver a su país, desarrolló una sólida carrera artística, que interrumpió para dedicarse de lleno a la docencia.

Creó y dirigió la Escuela de Altos Estudios Pianísticos, el Centro de Estudios Pianísticos – CEP (entidad sin ánimo de lucro que tiene como objetivo difundir todo lo relacionado con el quehacer pianístico en sus aspectos artístico, didáctico y técnico) y el Concurso Internacional de Piano Martha Argerich, en homenaje a la genial artista argentina.

María Rosa Oubiña de Castro recibió las enseñanzas directas del gran Vicente Scaramuzza durante dos décadas y reunió valiosos documentos (anotaciones en partituras, transcripciones de clases, explicaciones verbales). Recogió esa sabiduría en varios materiales didácticos (dos libros publicados en Buenos Aires: Enseñanzas de un gran maestro, Vicente Scaramuzza – Ossorio, 1973 y Elementos de técnica pianística – Análisis y pedagogía – Kepplinger, 1984 y un DVD con título homónimo a su segunda obra, aparecido en 2006). Sus libros fueron traducidos a varios idiomas, y son obligados en la formación de maestros de piano en muchos países.

Paralelamente a su labor de ejecutante y pedagoga, realizó tareas de crítica, comentarista musical y productora de programas de conciertos en radio y televisión. En 2005 recibió el premio de la “Asociación de Críticos Musicales de la Argentina” en reconocimiento a su extensa labor docente y por el 30º aniversario del CEP.

Cucucha Castro tuvo la visión de conectar a varias generaciones de jóvenes pianistas, con grandes maestros nacionales y extranjeros que invitaba a ofrecer clases magistrales y cursos: Bruno, Simon, Magaloff, Gelber, Vitale, Wild, Kerer, Sancan, Medori, Jasinsky, De Raco, Goerner, Cítera…(nombrarlos a todos sería imposible). Organizó encuentros informales y reportajes públicos con artistas de la talla de Argerich, Arrau, De Larrocha, Beroff, Achúcarro, Votapek, Sandor, Tiempo y muchos otros.

La pianista argentina fue una figura clave dentro del movimiento musical de Argentina. Con asombrosa energía organizó más de 500 conciertos e infinidad de concursos nacionales, que permitieron a las personas seleccionadas tener la oportunidad de actuar en grandes salas (como el Teatro Colón) y aparecer como solistas junto a la Orquesta Sinfónica Nacional y otros organismos del interior del país. Puso en marcha el Programa de intercambio internacional España – Argentina, instituyó becas y reunió en el salón de su apartamento a colegas y estudiantes, en frecuentes veladas musicales que eran tradicionales en Buenos Aires.

En una carta firmada en Nápoles en 1978, el Maestro Vincenzo Vitale se dirigió en estos términos a nuestra homenajeada: Querida, queridísima Cucucha: cuando me alejé de todos ustedes en el aeropuerto de Buenos Aires tuve que esconder una conmoción que peligraba parecer demasiado evidente. Alejarse de personas que en apenas dos semanas han sabido y podido acercárseme tan intensamente y que yo he sentido querer como si la rutina común durase años, fue para mí más que un desagrado, ha sido una verdadera mutilación espiritual. ¡Cuántas atenciones, cuánto afecto recibido y cuánta fe en lo que yo decía sobre la Música, sobre el piano, sobre la profesión del músico, sobre el ambiente! […] Es inútil agregar que todo lo de agradable, de interesante, de útil que he vivido en Argentina se lo debo a Usted, a su voluntad férrea, a su entusiasmo por el Arte, a la viveza de su temperamento”.

Sus alumnos la recordaremos siempre con respeto y admiración y sobre todo con un infinito agradecimiento a su impresionante dedicación.

(Sebastián Colombo es profesor de piano del Conservatorio de Utrecht – Holanda y director de la sede europea del CEP)

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