La temporada que viene se apoya en su tronco central: cinco producciones líricas que van a constar de siete espectáculos, zarzuelas, por supuesto, pero también alguna ópera e incluso un espectáculo barroco; aparte de una trilogía de zarzuelas fundacionales en versión de concierto.
El inicio será en octubre con programa doble del máximo interés: Los amores de la Inés, de Manuel de Falla (sí, han leído bien, Falla), y La verbena de la Paloma, de Bretón. Se sabe muy poco, más allá de las referencias que salen en su biografía, de la actividad de Falla en el ámbito de la zarzuela allá por sus años jóvenes; antes del fiasco de La vida breve y la posterior escapada a París que haría del gaditano un compositor de primera fila mundial. Bienvenida sea, pues, esta rareza que nos permite reconocer al gran compositor en sus primeros y penosos años madrileños con la única de sus aventuras zarzueleras que ha quedado completa y que no se repone desde 1903. El interés de este programa doble, que se cierra con una de las joyas del repertorio, viene de la mano de su director de escena: José Carlos Plaza, uno de los grandes de la escena española y del que aún se recuerda su magnífica versión de Los diamantes de la corona, Barbieri, de hace un par de temporadas. Plaza ha recreado el mundo hiperrealista de la pintora Amalia Avia en esta aventura. A la batuta, el titular de la casa, Cristóbal Soler.
El siguiente título, que va a cubrir todo el periodo navideño, es la reposición del bien conocido y apreciado montaje de Emilio Sagi de La del manojo de rosas, de Sorozábal. Al frente de la orquesta estará, además, la solvente mano de Miguel Ángel Gómez Martínez. Una reposición que el buen aficionado agradecerá y que permite al Teatro recuperar algunos de sus mejores momentos de la historia reciente. Con el valor añadido de la colaboración de Teresa Berganza en la preparación del joven elenco vocal.
Para el mes de febrero llega otra producción con sorpresa, y buena: Curro Vargas, de Chapí. Se trata de uno de los más logrados intentos del genio de Villena por buscar un puente entre zarzuela y ópera, o en todo caso por transitar por el drama. La parte más interesante de esta producción viene de la dirección de escena, que corre a cargo del director teatral británico Graham Vick, quien se encariñó con el proyecto tras haber visto una versión de este drama en película (por cierto, que la película se programará dentro de un ciclo del que hablaremos luego). Por el podio de dirección pasarán Guillermo García Calvo y Martín Baeza para cubrir sus doce funciones. Destaca igualmente la presencia preciosa de las voces de María José Moreno y Jorge de León.
Abril de 2014 será el momento de recibir otro programa doble de evidente filiación común: Black el payaso, de Sorozabal, y Pagliacci, de Leoncavallo. La sugerente idea de cruzar estas dos obras líricas permitirá reencontrarse de nuevo, en el mismo curso, con Pablo Sorozábal, así como confrontarlo con una ópera italiana densa y popular. La escena de ambas obras corre a cargo de Ignacio García, mientras que la dirección musical viene de la mano de Donato Renzetti.
El mes de mayo será de nuevo el en 2014 el mes de la lírica barroca. Se van a conmemorar los 400 años del nacimiento de Juan Hidalgo (1614-1685), uno de nuestros mayores músicos del siglo XVII. El espectáculo propuesto de este gran precursor del teatro lírico español es un montaje de fragmentos de sus obras realizado por Joan Antón Rechi, a su vez, director de la escena. El gran especialista Carlos Mena se hace cargo de la dirección musical y uno de los papeles de esta reconstrucción que han denominado De lo humano… y lo divino (Anatomía de las pasiones).
Zarzuela sin escena, danza y conciertos
La zarzuela no concluye aquí, pero será en versión de concierto. Se trata de tres piezas de otros tantos autores considerados como los fundadores de la zarzuela moderna, así como del Teatro que ahora acoge el género. La primera es Catalina, de Gaztambide; la segunda es El dominó azul, de Arrieta, y la tercera es El diablo en el poder, de Barbieri. Esta última abrió este Teatro el 11 de diciembre de 1856. Los conciertos, todos en junio, estarán dirigidos por José María Moreno y contarán con una dramaturgia a cargo de Álvaro del Amo.
La danza tiene una interesante presencia en la temporada. El Teatro recibe a la Compañía Nacional de Danza, que dirige José Carlos Martínez, con un programa que consta de Falling Angels, coreografía de Jiri Kyllian y música de Steve Reich; Sub, con coreografía de Itzik Galili y música de Michael Gordon; y Minus 16, coreografía de Ohad Naharin y música de varios autores. Estas dos últimas serán estreno por la CND. Las representaciones van a cubrir la segunda mitad de noviembre.
La segunda compañía será la de Antonio Gades, que aprovecha para rememorar a su fundador en el décimo aniversario de su fallecimiento. De Gades se recupera su ballet Fuego, creado en colaboración con Carlos Saura a partir de El amor brujo, de Falla y que será estreno en España. Dirige la orquesta el maestro Miquel Ortega. Las funciones cubrirán gran parte del mes de julio.
Los conciertos que propone el Teatro de la Zarzuela serán siete, dos citas navideñas, otras tantas líricas y tres conciertos instrumentales a cargo de solistas de piano (Perianes y Achúcarro), o a dúo (Leticia Morero, violín y Rubén Fernández, piano). Los dos conciertos más adaptados al espíritu de la casa serán el que brinde Rafael Frühbeck de Burgos, que dirige a la ORCAM y al Coro del Teatro en una versión de concierto de La Tempranica, de Gerónimo Giménez, con un par de piezas de Rodrigo y Albéniz para darle cuerpo a la sesión. En cuanto al último de los conciertos líricos, será el que dirija Alberto Zedda para hacer oír el Stabat Mater, de Rossini.
A ello se añadirá cine, la producción propia dedicada a Chaplin y la colaboración con la Filmoteca Nacional que permitirá visionar un par de versiones de La verbena de la Paloma, la de José Buch (1921) y la de Benito Perojo (1935), Las de Caín, de Antonio Momplet, el citado antes Curro Vargas, de José Buchs o la también mencionada El amor brujo, de Carlos Saura.
Conferencias, en colaboración con Amigos de la Ópera de Madrid, el espectáculo Visitas guiadas, de Enrique Viana, que va a mantener su propuesta y un interesante ciclo de ópera y zarzuela para niños, en colaboración con la Universidad Carlos III, con una producción propia, El paraíso de los niños, y una colaboración con Ópera de Cámara de Navarra., La princesa árabe.
Un curso, en suma, bien trabado y que constituye un buen paso adelante en la concepción de las tareas de este Teatro.