Hay oficios, especialidades, que son ejercidos por minorías. Desde catadores de vinos y comestibles hasta especialistas en identificar perfumes, sin olvidar a orfebres, ebanistas o maestros del fileteado. En esta lista de trabajos singulares se ubica también luthería. Si los luthiers no son muy numerosos, menos son las mujeres luthiers. Pero las hay, y Paula Godoy (42) es una de ella. Paula vive en un departamento antiguo y amplio en pleno barrio de Congreso. En el living, además de muchos cds de música hay varios instrumentos -en su mayoría, violines- un baúl antiguo que rescató de la calle y que usa como mesa ratona y en la habitación contigua, el taller. Allí, presiden dos grandes mesas de trabajo, herramientas de todo tipo, un violoncello y otros instrumentos a medio armar, además del tacho de basura que se llena con la viruta que descarta de las maderas con las que elabora sus obras.
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