La mudanza. Compositores Polacos V. Mieczyslaw Wajnberg
Wajnberg naci贸 en Varsovia en 1919 al poco de estrenar 茅sta capitalidad y muri贸 en Mosc煤 en 1996, cuando la extinta URSS (para algunos la URSS siempre fue extinta) empezaba a liquidar chapkas y prism谩ticos.
Los blogers, los dichos, los redichos siempre damos con ese nombre que nadie conoce. Todos tenemos el derecho y deber de emanciparnos de la grey. En los tiempos que corren se trata casi de una cuesti贸n de salud mental. El en茅simo tema in茅dito de los Bob Dylan, esos compases traspapelados de Haendel y, por supuesto, el famoso compositor injustamente olvidado. Todo sea por alimentar la leyenda.
Anonimato y celebridad se imantan entre s铆 como todos los extremos. Bach es hoy ante todo un concepto, una idea; una entidad, una deidad, una g贸nada. Un acr贸nimo de cuatro siglas para muchos compositores posteriores. Y sin embargo fue hijo, padre鈥 y abuelo prol铆fico. Como Shakespeare forman parte ya de los pilares de occidente. Compositores incorp贸reos, fundidos en una cultura que abraza varios siglos. De tan incorp贸reos se dir铆a que anhelan el anonimato. Tan an贸nimos como Confucio, Homero o los evangelistas.
La injusticia del olvido y la justicia po茅tica
驴Y por qu茅 la memoria es justa o injusta y por qu茅 algunos trasladan a la poes铆a atributos jur铆dicos? A la hora de enjuiciar una creaci贸n art铆stica siempre miro al reverso la fecha de caducidad. Hay canciones del verano, como su nombre indica: 鈥渃anciones del verano鈥. Las canturreamos hasta la saciedad cierto d铆a. Apenas cinco o seis a帽os despu茅s las reseteamos inconscientemente para dar cabida a m谩s hilo musical de dudoso valor nutricional pero de digesti贸n inmediata. La sobreexposici贸n musical a la que estamos expuestos m谩s bien poco dice de su calidad. Hay notaciones musicales, vagas, borrosas, evaporadas casi, que cuatro o cinco siglos despu茅s, quitan el sue帽o al hombre del siglo XXI. La fe casi ciega en la historia como criba art铆stica ha configurado mi criterio est茅tico, pero tarde o temprano uno se plantea un back up.
Una relectura de peri贸dicos viejos. Esos recortes que ya muy pocos guardan. No en vano empiezan a escasear los compradores de diarios. Descubrimientos olvidados ignorados en la bodega de la letra impresa. Recuerdo aquel recorte que archive con una muesca en la p谩gina impar y a帽os m谩s tarde conserv茅, indult茅 por segunda vez, por la p谩gina par. La historia se reescribe dicen, pero sin salirse en exceso de la trazada principal. Se reescribe como en un cuaderno de caligraf铆a, sobre un troquel preestablecido. Cuan creativas y cat谩rquicas, las mudanzas!
驴Cu谩ntos falsos mitos vendidos como verdades inmutables? 驴Cu谩ntos blufs y duros a cuatro pesetas? La historia desenmascara a menudo a los impostores, 鈥渟e reescribe鈥 decimos, pero siempre a partir de la misma falsilla. Y al fin y al cabo una falsilla, como su propio nombre indica, no es sino eso, una falsilla. Un 鈥榩entagrama鈥 de l铆neas ilimitadas.
Weinberg, Wajnberg o 袙邪虂泄薪斜械褉谐, polaco, moldavo, ruso, jud铆o, alem谩n, sovi茅tico… La identidad, s铆 claro la identidad, siempre dando por saco. Ese sentir p茅treo que en teor铆a no tolera bien las aleaciones, cuando en realidad identidad es siempre sin贸nimo de aleaci贸n. La identidad, ese sentir fluido. Wajnberg naci贸 en Varsovia en 1919 al poco de estrenar 茅sta capitalidad y muri贸 en Mosc煤 en 1996, cuando la extinta URSS (para algunos la URSS siempre fue extinta) empezaba a liquidar chapkas y prism谩ticos.
Hace unos meses, rastreando la fonoteca de Wroclaw, di con un triple CD de m煤sica de c谩mara de Mieczyslaw Wajnberg, posiblemente uno de los compositores centroeuropeos m谩s inexplicablemente arrinconados de la segunda mitad del siglo pasado. Su nombre de pila bastar铆a para excluirlo del repertorio en Espa帽a, alegando eso de 鈥渘ombre impronunciable鈥. M谩s asequible para nuestra fonaci贸n
es el de Jos茅 Gallardo. El pianista argentino, que, junto al violinista alem谩n Linus Roth, pugna por restituir la m煤sica del compositor centroeuropeo. Una cruzada a mi parecer justa y merecida porque hay en la m煤sica de Wejnberg, argumentos de sobra para que su m煤sica siga sonando y no se pudra ni apolille, como la cacharrer铆a comunista, a orillas del Moskba.
Naxos, la popular discogr谩fica low cost, es otro de los caballos de batalla del redescubrimiento taimado, continuo no obstante, de la m煤sica Wajnberg. Este sello, ducho como pocos en remover y rastrear los vertederos de la m煤sica cl谩sica, ha rescatado algunas de sus sinfon铆as tard铆as. Sin alcanzar registros haydinianos, el sinfonista polaco firm贸 un total de 22 sinfon铆as en sentido estricto. La sobrecogedora carga emocional de la primera de ellas invita sin m谩s a seguirle la pista. Los amantes de Shostakovich no pueden marginar al alumno aventajado (si es que no lo super贸). Maestro y disc铆pulo se profesaron admiraci贸n mutua. Wajnberg le dedic贸 su 12陋 sinfon铆a.
A modo de prueba, la defensa aporta un testigo sonoro, de nuevo confiscado a la red. Otra maravillosa aportaci贸n dom茅stica an贸nima, mejor dicho blogera -鈥chuzzlewitsy鈥 se hace llamar el autor del colage fonovisual– a partir de la Sinfon铆a n潞 3 op. 45. Este montaje, de 10 minutos apenas, permite a la par explorar el mundo interior de Wajnberg y su posible traslaci贸n en la m煤sica. Apenas dos pinceladas de su truculenta infancia y adolescencia.
El oyente no tardar谩 en apreciar el sello Shostakovich. Emparedado entre torbellinos y remolinos, emerge, sin embargo, en el momento menos pensado un melodismo di谩fano y sereno. En las batallas sinf贸nicas de Wajnberg hay tiempo para la tregua, para deponer las armas por unos instantes y encender un pitillo. Mucho me temo que Shostakovich envidi贸 en secreto el don natural de su alumno para congeniar con los pasajes reposados. Ese karma que a Shostakovich le estaba vetado, donde la tensi贸n nunca fenec铆a del todo. Sin caer en la 帽o帽er铆a, ni en el eclecticismo, ni en el 鈥榤谩s de lo mismo鈥; sin tirar de ruidosas vanguardias, ni de poses esnobs, Wajnberg logra dotar de belleza, en el sentido m谩s convencional y dom茅stico de la palabra belleza, a la m煤sica de posguerra. Una proeza, si nos atenemos a su parte familiar de bajas. En los pasajes l铆ricos, deja que la m煤sica fluya y se extinga por s铆 sola, sin s煤bitos cambios de humor, achaques de tos percusiva o estridencias r铆tmicas. Una escucha amable, f谩cil para el o铆do, digna de sobrevivir a la pr贸xima mudanza.
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Gr脿cies per donar-me not铆cia d’aquest autor que desconeixia. Des que he llegit el teu link ja he pogut gaudir de l’audici贸 de la seva Simfonia n潞 1, amb una “Allegro con fuoco” final que m’ha impressionat.
M’ha impressionat igualment que l’autor perd茅s els seus pares quan tenia poc m茅s de vint anys, que moriren en sengles camps de concentraci贸.
Pot la m煤sica explicar tant de dolor? Poden els sons arribar a interpretar la vera intensitat de tanta crueldat?
Una abra莽ada.